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GRANDES LIGAS

Cora, análisis y dinero fueron claves de Boston

Alex Cora, manager de los Medias Rojas de Boston, levanta el trofeo de campeón de la Serie Mundial.

Alex Cora, manager de los Medias Rojas de Boston, levanta el trofeo de campeón de la Serie Mundial.

El último out del equipo campeón de una Serie Mundial no se olvida. En el cuarto campeonato en 15 años de los Medias Rojas de Boston, el éxtasis estuvo en la escena de un triunfal Chris Sale, quien abrazó a su receptor Christian Vázquez tras ponchar a Manny Machado.

Pero una escena ocurrida en instantes previos reflejó lo que fue una campaña histórica bajo la dirección del manager novato Alex Cora.

Para sacar los tres últimos outs, Cora decidió llamar a Sale en vez de Craig Kimbrel, el cerrador habitual. Su as derecho lanzó cuatro innings mediocres como abridor en el primer juego frente a los Dodgers de Los Ángeles y había tenido una actuación clave desde el bullpen en el juego fuera de casa en el que liquidaron la serie de primera ronda contra los Yanquis de Nueva York.

Al abrirse la puerta del bullpen del equipo visitante en el Dodger Stadium, todos los lanzadores de Boston se pusieron en guardia cerca de la salida para aplaudir el ingreso de Sale.

Fue la secuencia que reflejó la perfecta simbiosis entre el manager y los peloteros de los Medias Rojas.

El gran artífice fue Cora, quien por segundo año seguido celebraba en el mismo estadio un título de la Serie Mundial. La figura del puertorriqueño se consolidaba como la del estratega ideal en el béisbol contemporáneo, un piloto que supo dar uso al análisis estadístico y al mismo tiempo recurrir a su intuición y ganarse la aceptación de sus jugadores.

“No tengo una varita de mago”, insistió Cora en la última semana de la temporada regular. “Lo que hay son buenos jugadores. Lo que es hay es talento de sobra”.

Pero sí hubo magia por parte de Cora al mando de un conjunto que logró la campaña más dominante en las mayores desde los Yanquis en 1998. Boston despachó a Nueva York, Houston y Los Ángeles en los playoffs, cuando insistentemente se hablaba de la vulnerabilidad del equipo, en particular por los antecedentes desfavorables de David Price en octubre y por un relevo que no convencía.

Todas las maniobras de Cora parecieron atinar. Price se redimió. El bullpen le respondió, amén de apelar a los brazos de Price, Sale y Nathan Eovaldi para complementar. Steve Pearce, una pieza secundaria que se adquirió a mediados de año, emergió como el Jugador Más Valioso de la Serie Mundial. Eduardo Núñez, Rafael Devers y Mitch Moreland, todos jugadores secundarios, conectaron batazos claves al recibir oportunidades.

Boston había ganado su división tanto en 2016 como en 2017, pero se despidió en la primera fase de los playoffs y ello provocó el despido de John Farrell como manager. El diagnóstico interno era que el equipo con la nómina más cara del béisbol no disfrutaba el trajín diario.

Todo cambió con la decisión de contratar a Cora, dejándose llevar por su trayectoria: jugador suplente del equipo de los Medias Rojas que ganó la Serie Mundial de 2007, comentarista con ESPN y gerente de la selección de Puerto Rico que quedó segunda en el Clásico Mundial de 2017.

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