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PRIMER ROUND

Cuando el boxeo fue el buque insignia

Hay ocasiones en que a alguien que se aprecia o se ama no se le dicen las cosas fuertes porque “dizque” duelen y ponen a llorar a algunos, pero si de esa manera se provoca un ambiente de reflexión y se mejora, entonces valió la pena hacerlo, pero mucho.

El pugilismo amateur dominicano siempre fue un vivero, semillero inagotable, un hermoso invernadero que en varios ciclos arrojaba los campeones Centroamericanos, Panamericanos y Olímpicos (sin importar los pueblos de esos chicos que iniciaban en los torneos de novatos y en los nacionales infantiles-juveniles), y más tarde los campeones del mundo en el profesionalismo.

Es ahí donde radica la importancia de esa iniciación, de esa masificación, que necesita de un buen jardinero fertilice y mantenga fuera las plagas, que abone y riegue esos surcos y los lleve a salvar cada etapa hasta cumplir el proceso.

Ese proceso requiere de una serie de herramientas que se complementan, desde la parte técnica hasta la administrativa; durante varias décadas el boxeo anduvo a su ancha e incluso, fue bautizado el Buque Insignia del deporte local.

JUEGOS DE LA JUVENTUD: A los años que me refiero, el boxeo tenía sus enemigos fuera, los que odiaban por envidia, los que no aceptaban el triunfo de la humildad, aquellos que no aceptaban que los más pobres fueran los protagonistas, entre otras.

Ahora, hay que ver qué ocurre con este deporte que aún en el 2008 ofrendaba una medalla de oro olímpica; y en el 2014, Juan Ramón Solano se llevó todos los honores tras conquistar medalla de plata en los Juegos Olímpicos de la Juventud, en Nanjing, China, más un bronce en el Campeonato Mundial que le dio el boleto para la cita olímpica, así como una chata de oro en el Continental de Guayaquil, Ecuador.

El chico, aun de edad juvenil, le ganó la apuesta a Yenebier Guillén y Leonel de los Santos, quienes regresaron vestidos de campeones de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz. Solano fue “Boxeador del Año” y también “Boxeador Juvenil del 2014”.

Entonces, ¿qué ha ocurrido?: ¿Por qué a solo 4 años de esa hazaña de Juan Ramón Solano el país no pudo enviar siquiera a un boxeador a los Juegos de la Juventud? ¿No hay por lo menos un boxeador de edad juvenil que nos represente en Argentina? ¿Se desintegró la selección nacional juvenil? ¿Desaparecieron los clubes, el semillero, el invernadero inagotable? O ¿Se murió el jardinero y entraron las plagas acabaron con todo...?

EL OJO DE TINEO: Tenía un tiempo en silencio, parecía lejos del ring, pero está de regreso Tony Tineo y lo hizo escandalosamente luego de una victoria del prospecto Yeuri Andújar, a quien de inmediato le adjudicó el alías, “Dinamita”. Tony ha tenido un ojo fino, “clínico” para escoger muy buenos prospectos y llevarlos al menos a peleas de campeonatos, y hay que decirlo: es uno de los manejadores que más campeones mundiales dominicanos ha logrado. Tineo era socio del cubano Nelson Fernández y a la hora del rompimiento, éste se quedó con el contrato de Héctor Acero Sánchez, quien era propiedad de ambos, pero un producto muy avanzado y esculpido por el promotor santiagués Adriano Agramonte, de manera que Tineo tuvo envuelto en ese proyecto que al final prosperó con la conquista de la faja supergallo CMB, en agosto de 1994.

EL GRAN CAMPEON: Empezó su historia titular en 1997 con Julio César Green, con el “Bocú” tocó el cielo porque se trata de uno de los hombres más valientes que ha tenido el pugilismo dominicano y luego de fracasar buscando la faja superwelter en Francia, lo coronó en el Madison Square Garden, en New York, en una noche en que se pelearon varias coronas universales, pero su choque fue el mejor, el más aguerrido. Ganó fama y dinero con el hoy misionero evangélico, ya que discutieron coronas en tres divisiones: 154, 160 y 168, reinando dos veces en la versión AMB de los medianos.

Manejó a Héctor Julio Ávila en un momento difícil que desembocó en la que pudo ser la más grande pelea que se haya celebrado entre dominicanos, pero eran tan fuertes los intereses, el pleito fue uno más de los buenos, pero no pudo llenar otras expectativas; Joan Guzmán destruyó a Ávila y su fortaleza espiritual de fue al abismo para siempre, jamás recobró la confianza para llegar al estrellato que estaba señalado.

DEBAJO DE LA MANGA: Luego de una derrota aplastante en el plano económico, también moral, al no poder llevar a Ávila muy lejos, desapareció del escenario... ¡De repente apareció como ahora!, con un contrato de Elio ‘Enai’ Rojas, con inició una carrera ascendente hasta lograr la primera corona de peso pluma para el país, también el primer dominicano en coronarse en Japón. Quizás no tuvieron el éxito esperado, pero fue otro gran punto a su record de manejador. ¿Hará lo mismo con el joven Yeuri “Dinamita” Andújar?. No me sorprendería.

KO DE CRAWFORD: Se habla de una unificación titular de Terence Crawford y Errol Spence Jr. en los welters, pero noquear en el round 12 a José Benavidez Jr. de esa manera dice mucho de este campeón. Es bueno comprender que a pesar de que pelea en el peso welter está pesando 145 libras, eso quiere decir que si aparece una gran pelea en 140 es capaz de bajar; Errol está acabando antes del límite a sus oponentes como campeón, sería un combate aceptable, no parejo, pero si competitivo.

El dominicano Carlos -El Caballo- Adames vio acción en uno de los turnos semiestelares de esta importante velada, ganando una faja regional para peleadores que hagan carrera en los Estados Unidos, un buen paso, en nuestra próxima entrega ampliaremos la proyección de Carlos, un joven sobrado de talento y humildad.

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