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MUJERES DE GRANDES LIGAS

“Manifestaciones”

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Carolina Cruz de MartínezSanto Domingo

EMOCIÓN: El deporte es una de las plataformas de mayor nivel de emoción, excitación, pasión y lenguaje corporal que existe en la vida de un ser humano común. Hay emociones de gozo, disfrute, celebración así como de lamento, tristeza y derrota dependiendo la oportunidad.

En ese sentido, así como un fanático experimenta grandes altibajos de emoción, así mismo el atleta mismo lo experimenta. El atleta es uno de los mayores representantes de manifestación de esas emociones que representa, identifica y proyecta al ser humano. Esas manifestaciones de emoción no son malas en sí, pero una mala administración si puede serlo.

Las manifestaciones de emoción pueden llevar consigo una connotación positiva o negativa dependiendo de cómo se canalicen. En el caso de atletas como figuras públicas es mucho más delicado el tema pues todo el tiempo están en la palestra pública. Una respuesta, un gesto, una mueca, una explosión son manifestaciones que tienen ochenta mil ojos de testigos audiovisuales. El no entender esa dimensión es entrar en conflicto consigo mismo.

DIFICIL: El atleta enfrenta un caso muy difícil pues todo el tiempo está en alta por sus niveles de adrenalina y competitividad. Es en extremo gravoso el aprender a tener dominio propio cuando todo en ti y tu alrededor grita intensidad y furor. El atleta enfrenta altos niveles de competencia interna y externa y el poder demostrar su poderío, el resolver, el dar el batazo oportuno, ejecutar el lanzamiento correcto es normal cuando el mismo necesita demostrar que lo hizo. El tema está que debe saber manejar esa manifestación pues si no lo hace puede hacer daño o enviar un mal meta-mensaje.

En días recientes un futbolista salió lastimado de un partido importante. Mientras iba siendo llevado en el carrito de asistencia levantó el dedo del medio, quizás en señal de frustración, de impotencia, o de cualquier otro mensaje que quiso comunicar. Lo cierto es que lo hizo en dirección hacia sus compañeros de equipo que lo veían mientras iba siendo transportado. Este gesto no caló bien a nivel mediático, a nivel de los fanáticos y mucho menos a nivel de la organización que representa pues está en medio de negociación contractual. Este joven de apenas 29 años y más de un millón de seguidores en sus redes causó una revolución desagradable en su contra por no saber manejar una manifestación de su emoción.

El ser humano es un ente tripartito constituido de espíritu, alma y cuerpo. Las emociones son parte de lo que nos hace humanos, pero son para ser controladas y administradas y no para que nos controlen a nosotros. Todos las tenemos y las experimentamos, pero el deportista está más expuesto a recibir mayores descargas de ella por la naturaleza de su carrera.

Los atletas necesitan aprender a canalizar las emociones que afloran y producen en sí mismos, las que produce el ambiente, y las que producen su profesión. El no hacerlo puede acarrearle decisiones devastadoras y catastróficas pues las manifestaciones mal administradas terminan en desgracias. El deportista NO puede darle rienda suelta a sus ímpetus y emoción sin antes buscar como colocar cada una en su lugar buscando pautas y orientación.

NIÑADAS: Los niños por su calidad de niños aún no saben identificar que emoción va cuando: Patalean, lloran, se quejan, hacen morisquetas porque quieren salirse con la suya o porque no saben controlar lo que sienten. Los atletas profesionales no son considerados niños, y deben estar conscientes que el pataleo, el lloriqueo, y las malcriadezas públicas no serán bien vistas por sus fanáticos y seguidores, y mucho menos por los ejecutivos que esperan rendimiento y producción y no majaderías ni truhanerías. ´Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; más cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño.ª 1 Corintios 13:11

Hasta la próxima

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