CON LOS CAMPEONES
Un emocionado Osvaldo Virgil es reconocido en NY
Asistí el pasado miércoles al homenaje que los Metros de Nueva York le hicieron a Osvaldo Virgil, primer pelotero dominicano en jugar en las Grandes Ligas, en el estadio Citi Field, con motivo de las celebraciones del Mes de la Herencia Hispana en el béisbol de las Grandes Ligas. Virgil estuvo acompañado de su familia, entre ellos, su hijo Ozzie Virgil Jr., quien registró una carrera de 11 temporadas como receptor, principalmente con los Filis de Filadelfia y los Bravos de Atlanta y el ex lanzador Fausto Macey, casado con una de sus hijas, quien no llegó a las Ligas Mayores, pero en el béisbol local actuó con Escogido y Licey.
El acto
Virgil estuvo visiblemente emocionado en el acto de reconocimiento y en varias ocasiones no pudo contener las lágrimas. En la ceremonia, que se efectuó previo al partido de la fecha, entre Metros y Bravos de Atlanta. Virgil recibió una placa por parte de la organización neoyorquina y realizó el lanzamiento de la primera bola. Además, fungió como coach honorifico durante el encuentro y estuvo uniformado en la cueva junto al dirigente Mickey Callaway, siendo entrevistado por la cadena de transmisión de televisión.
Aún activo
A sus 86 años, Virgil se mantiene activo y desde 2007 trabaja en la academia de los Metros en República Dominicana. Actualmente es un consejero de los jugadores jóvenes que la franquicia firma en Latinoamérica, a quienes prepara para cuando llegue el momento de viajar a los Estados Unidos. Como parte de su rutina, Virgil se pasa una semana en el complejo de Boca Chica en sus labores con los novatos y la siguiente se va a su natal Montecristi, donde tiene su residencia fija desde hace muchos años.
Rueda de prensa
Dentro del programa de actividades que los Metros prepararon para honrar a Virgil, se efectuó una rueda de prensa, en que nuestro protagonista respondió preguntas de los periodistas por alrededor de una hora sobre diferentes temas. Cuando lo cuestionaron sobre si había sido difícil llegar a las Grandes Ligas, Virgil dijo que, en la época de su debut, sólo existían 16 equipos, 8 en cada liga, por lo que las oportunidades de ser promovido al máximo nivel eran escasas. Dijo que para alcanzar las Ligas Mayores había que ser mucho mejor que sus colegas estadounidenses, pues si tenían habilidades similares, el puesto indefectiblemente era para el norteamericano. Precisó que aún hoy en día esa situación de mantiene.
Los mejores de RD
Se le preguntó sobre quiénes eran a su juicio los mejores jugadores dominicanos de todos los tiempos. Sin titubear dijo que a su juicio el mejor pelotero criollo ha sido Felipe Rojas Alou, pues lo podía hacer todo bien en el terreno. Podría haber un mejor bateador o alguien con mejor defensa que Felipe, pero como jugador completo e inteligente, nadie lo supera. En el caso del pitcheo destacó que Juan Marichal ha sido el más sobresaliente lanzador criollo en actuar en las Ligas Mayores.
Marichal y Carty
Precisó que Pedro Martínez dominó en base a su poder, al estilo de Bob Gibson, pero que Marichal era un artista, con un repertorio y control extraordinarios, que donde ponía el ojo ponía la pelota. Dijo que tuvo el honor de ser receptor de Marichal y que éste ni sudaba al tirar, resaltando así la facilidad para lanzar que tenía el inmortal pitcher criollo. En lo referente al mejor bateador, Virgil señaló a Ricardo Carty, quien de acuerdo con su opinión está por encima del resto. Indicó que el país ha producido bateadores brillantes, sin embargo, considera que Carty los supera a todos.
Orgulloso
En una entrevista que le hice a Virgil, manifestó que se sentía orgulloso de ser el pelotero que abrió las puertas de las Grandes Ligas a sus compatriotas y que se sentía más dominicano que Duarte. Dijo que mientras tenga facultades continuará ligado al béisbol, una actividad que ha significado todo en su vida. Y como muchas veces lo ha expresado, apuntó que el sonido del bate al chocar con la pelota es una de las cosas que lo mantienen vivo y lo incentivan a seguir ligado al deporte de sus amores.