PRIMER ROUND
La boleta envenenada

El deporte dominicano ha crecido de forma indudable, en lo competitivo, en la dirigencia y en la parte organizacional. Muchas veces no queremos reconocerlo ni tampoco aceptarlo, tal vez por nada.
Esos crecimientos por área también tienen razones y proporcionalidad, vacios y en ocasiones certeza para seguir aumentando, disminuyendo o quedar estático en el tiempo.
El tema es amplio y en verdad no me interesa sumergirme a las profundidades porque veré muchos buques carboneros desguazados, derrotados por el tiempo y las sales; mientras otros motores vigorosos surcan las aguas del futuro hacia nuevos horizontes.
El boxeo, uno de los primeros deportes profesionales de la República Dominicana, en muchas ocasiones parece tener problemas con la turbulencia, la inoperancia y el desenfoque.
Lo importante en todo momento es tener un buen humor y juicio, además de no temer a aprender e incluso desaprender viejas e inocuas enseñanzas y costumbre.
Ningún historiador local de forma particular tiene algún capitulo de un libro o un resumen que trate lo que ha significado el “dao”, la dadiva, a través de los años y como ha impactado negativamente esa “cortesía”.
Nada gratis
El deporte profesional tiene la dura realidad de que todo lo que toca tiene que pagarlo, grandes cheques para los atletas, cobran los entrenadores, jueces, árbitros, médicos, masajistas, técnicos en general, la prensa que hace la promoción, ¡todo el mundo cobra su trabajo!.
Así me imagino lo caro que sale un pequeño espectáculo a sus organizadores a quienes también se le pegan varios impuestos por cada persona que entra, además de los alquileres de espacios y hasta mesas y sillas; seguridad, planta con combustible por si los apagones…
Luego de esa inversión el promotor, en el caso del boxeo, tiene la amarga noticia de que un grupo inmenso de personas y allegados, entre ellos personas económicamente poderosas, están procurando las entradas, sus boletas, gratis… ¡gratilandia.com!
Es como un axioma que le obliga a usted a pagarlo todo, pero después que todos disfruten gratis a costilla suyo… ¡Y así no se puede!
Los libros
Es igual que un escritor, un esforzado intelectual que dedica años de investigación para luego dedicar otro espacios de su vida robados a sus seres queridos con la finalidad de aportar conocimiento sobre un tema… Luego de ese gran derroche de energía, tiempo y agotamiento físico y mental, ese autor tiene que valerse de miles de pesos para imprimir su obra y otros miles para hacer su acto de puesta en circulación.
Luego de tantos sacrificios, muchos amigos y colegas exigen su libro con autoridad, de forma gratuita, cuando al propio autor le ha salido tan caro.
Cuando tomamos una boletas para ver un evento, la cual podemos pagar; o nos la buscamos para echarle manos a un libro gratis, estamos cometiendo un abuso de confianza con lindero en el aniquilamiento de esas actividades.
Peor aun, hay quienes piden una boleta o un libro y deshonestamente, lo transfieren por dinero o lo canjean por otros productos de su extraña satisfacción. En resumen, un veneno para el promotor.
Galantería y caballerosidad
Dentro de los parámetros razonables, el organizador de veladas boxísticas, artísticas y otros espectáculos remunerados no deben de olvidar que existen metodologías organizativas para llevar a cabo sin trauma, en cambio con todo el glamur, esos eventos; logrando regresar su dinero con una aceptable ganancia y dejando a todos y cada uno de los asistentes satisfechos, sin importar su rol.
Hay quienes se cansan de viajar y ver como se hacen las cosas en los grandes escenarios del mundo, pero al aterrizar acá parce que todo lo olvidan, sin embargo, para esos atolondrados hay que remenearlos para que deleguen, para que hayan equipos de trabajo y que no centralicen tantas cosas. ¡Ah!, no deben olvidar esos distraídos un equipo de protocolo encabezado por alguien que domine con profundidad ese campo y que tenga un mecanismo o herramientas para conocer a las personalidades, a los oficiales o técnicos imprescindibles del evento; que no se olvide de las caras de las autoridades, de los atletas, de los demás empresarios amigos del área y de los invitados especiales.
Algunas de estas personalidades, por su investidura, admiración o respeto… ¡Por todo lo que suma al espectáculo con tan solo estar ahí! Merece una atención especial que va desde obsequiarle uno de los mejores asientos y servicio personalizado.
El problema no es dar una boleta, sino a quién y por qué. También existen los distintivos de cuello para prensa y personal técnico, los brazaletes de distintos colores para limitar las áreas que el individuo puede ocupar y cientos de herramientas mas que nos permiten organizar un evento sin trauma ni mal ambiente… pues, de taponamientos y malos humores estamos hartos en las calles de Santo Domingo.
