A TIRO DE HIT
Cambios en el uso del bullpen

En el pasado otoño, los Indios de Cleveland llegaron a los playoffs con su poderosa rotación diezmada por lesiones a Danny Salazar y Carlos Carrasco. El imprevisto obligó al dirigente Terry Francona a modificar su estrategia con respecto al uso del bullpen.
El cambio giró en torno al dominante relevista zurdo Andrew Miller, adquirido desde los Yankees el 31 de Julio de 2016. Lo normal en esta época es que los dirigentes utilicen a sus principales taponeros en presentaciones de una entrada, y muchas veces menos. El salvamento de más de tres outs se ha convertido en una misión percibida como casi heroica para los cerradores.
Por eso llamó la atención la forma como Miller fue empleado en la post-temporada. Todos sus relevos fueron de más de una entrada. En siete de 10 presentaciones, trabajó al menos dos episodios. Semejante carga de trabajo sería insostenible en una temporada completa, pero lo cierto es que Francona ratificó el valor de contar con relevistas que puedan trabajar entradas múltiples de manera efectiva.
Joe Maddon tomó una página del mismo libro a partir de la Serie de Campeonato, empleando a su cerrador Aroldis Chapman en relevos de más de un inning en cinco de sus últimas seis apariciones en los playoffs.
En consecuencia, otros equipos han enfatizado la búsqueda de lanzadores que puedan llenar esa clase de rol, lo que podría marcar el inicio de una nueva era en la utilización del bullpen.
¿Será el inicio de una completa revolución en este aspecto? Honestamente lo dudamos. Una generación atrás, veíamos un grupo de lanzadores cuyo rol era trabajar tres entradas por salida. Hoy en día, esa clase está básicamente extinta.
Un dato para darles una idea de cómo han cambiado las cosas: En 1996, hubo 590 salidas en relevo de tres entradas o más. Para 2014, ese número había caído a 255. En otras palabras, lo que hizo Mike Marshall en 1974, cuando tiró 208.1 innings desde el bullpen para los Dodgers, no se repetirá. De hecho, desde 1994, ningún relevista ha llegado a 114 entradas lanzadas en una temporada.
Ahora bien, hemos visto unos ejemplos interesantes en estas primeras dos semanas de temporada. Observen el caso del joven lanzador Chris Devenski, importante componente en el bullpen de los Astros de Houston.
El 5 de abril, los Astros jugaron un partido contra los Marineros de Seattle que se extendió a 13 entradas. En el octavo, Devenski relevó al dominicano Michael Féliz y procedió a trabajar cuatro entradas sin hits ni carreras con siete ponches, preparando el escenario para una victoria de su equipo gracias a un cuadrangular de George Springer.
Luego de tres días de descanso, el derecho de de 26 años ingresó en el noveno capítulo de un partido contra Kansas City que también se extendió a entradas adicionales. Devenski completó otro trabajo de cuatro episodios y siete ponches, llevándose la victoria.
Encontrar dos salidas sucesivas de esa longitud de un lanzador de bullpen en lo que va de siglo XXI es poco menos que imposible. No sabemos si el dirigente A.J. Hinch continuará con este modelo, sobre todo por el hecho de que Devenski podría terminar en la rotación del equipo gracias a su dominante trabajo.
Otro caso interesante es el de Cincinnati. El año pasado, el bullpen de los Rojos tuvo un PCL colectivo de 5.09 y el peor porcentaje de conversión de situaciones de salvamente en todo el béisbol, con un 52.83%. Estaban creadas las condiciones para experimentar.
Eso es lo que está haciendo el manager Bryan Price, quien está utilizando cuatro relevistas que fueron iniciadores en el pasado reciente. El cerrador Raisel Iglesias, Michael Lorenzen, Cody Reed y Robert Stephenson ya han tenido salidas de más de una entrada, y han sido importantes en el sorprendente inicio de la otrora Maquinaria Roja.
El lunes, el abridor Brandon Finnegan solo pudo sobrevivir un par de innings contra Pittsburgh. Con ventaja de cuatro carreras, Price utilizó a Lorenzen y Reed por tres entradas cada uno, consiguiendo seis perfectas con siete ponches y conservando el liderato en el partido.
Si revisamos los partidos de los Rojos, podemos notar que Price ha utilizado sus relevistas más efectivos (independientemente de sus roles) en las situaciones más apremiantes de los mismos. Hasta ahora, los resultados han sido excelentes.
Así las cosas, se nota que algunos equipos se están saliendo del “librito” del pasado reciente y están intentando estrategias novedosas.
Un aspecto interesante es el impacto que estos cambios traen en la construcción de un róster. Estamos en una época en que los equipos esperan alrededor de 100 lanzamientos a sus abridores para luego apelar a su bullpen. Con la creciente dependencia del relevo, darse el lujo de contar con uno o dos lanzadores que estén en condiciones de trabajar entre dos y cuatro entradas y luego descansar dos o tres días crea la necesidad de utilizar una plaza más del róster en un relevista.
En consecuencia, se debilita la banca, por lo menos mientras se mantenga el límite de 25 jugadores activos por equipo. Será interesante observar cómo cada equipo maneja su propia situación.