CON LOS CAMPEONES
El hombre que desafió y venció el tiempo

En ocasión del retiro de Félix Sánchez y como un homenaje a su extraordinaria carrera, en la entrega de hoy reproduciré la columna que escribí el sábado 11 de agosto de 2012, tras el legendario atleta criollo conquistar su segunda medalla olímpica en los Juegos de Londrés.
Eran las 3:45 de la tarde del lunes de agosto y millones de dominicanos detuvimos nuestras labores habituales para ver la final de los 400 metros con vallas, en la que Félix Sánchez tenía una nueva cita con la historia.
Todos dejamos momentáneamente a un lado los problemas cotidianos y la atención quedó centrada en el corredor colocado en el carril número 7.
Sonó el pistoletazo de salida. El atronador disparo hizo retroceder las manecillas del reloj y en un abrir y cerrar de ojos, Sánchez retrocedió en el tiempo. De repente, se encontró corriendo en el estadio Olímpico de Atenas, 8 años atrás y sus piernas recuperaron la fortaleza y el vigor de antaño.
Gran demostración Esta vez no hubo nada ni nadie que se interpusiera en su camino y literalmente sobrevoló con facilidad pasmosa cada una de las 10 vallas, en una demostración pocas veces vista para un atleta de su edad.
Y en menos de un minuto, sucedió el milagro. El corredor dominicano cruzó primero la meta ante el asombro del mundo y cuando vino a darse cuenta, estaba de regreso en Londres.
A miles de kilómetros, el país estalló en júbilo, luego de 47.63 segundos de contener la respiración.
“Al saltar la última valla no me quedaban fuerzas, pero tenía que hacer un último esfuerzo para ganar la medalla de Oro”, proclamó Sánchez después de la carrera, poniendo de manifiesto su tenacidad y extraordinario coraje.
Ave Fénix Corazones latiendo a toda prisa y muchas lágrimas derramadas, fue la respuesta de un pueblo que vio nuevamente a su gran héroe deportivo resurgir de sus cenizas cual Ave Fénix.
Minutos después, lo vimos arrodillarse en la pista, besó la imagen de su abuela, fallecida 4 años antes, cuando precisamente se preparaba para competir en los Juegos de Beijing.
De esa manera, el mundo fue testigo del conmovedor homenaje que Sánchez rindió a la mujer que le crio y sirvió de inspiración para alcanzar sus metas.
Más emociones Pero, aún Sánchez nos tenía reservadas más emociones, pues cuando subió al podio para recibir su medalla de Oro, su pecho no pudo reprimirse más y un mar de llanto anegó su rostro.
Mientras en el aforo londinense eran entonadas las notas del canto a la Patria de Duarte, Sánchez y Mella, nuestro héroe lloró sin cesar y las 80 mil personas que lo observaban en el estadio, lo aplaudieron delirantemente y muchos lloraron con él.
En la historia de los Juegos Olímpicos, pocas veces se han producido momentos tan emotivos como los protagonizados por Félix Sánchez, el hombre que desafió y venció el tiempo, y superando un sinnúmero de adversidades y vicisitudes escribió su nombre y el del país con letras doradas en los anales del deporte mundial.
Félix ha hecho honor a su sobrenombre de Súper Sánchez, pues demostró en Londres que es un verdadero Supermán.
El mejor Luego de que Félix Sánchez ganara su segunda medalla de Oro olímpica, mucha gente pregunta si el vallista dominicano ha sido el mejor atleta dominicano de todos los tiempos.
Sánchez es comparado principalmente con los jugadores de béisbol Juan Marichal, Pedro Martínez y Sammy Sosa.
En mi opinión, Sánchez los supera a todos. Su palmarés deportivo es impresionante.
A las dos preseas aurificas conquistadas en juegos olímpicos, hay que agregarles dos títulos mundiales y una racha de 43 victorias consecutivas.
En una disciplina como el atletismo, practicada en todas las naciones del planeta, Sánchez ha sido uno de los más sobresalientes de la historia, en su especialidad y en sentido general.
Además, la gloria y el prestigio que le ha dado el Súper Sánchez a la República Dominicana, no tiene parangón en los anales del deporte dominicano.