BÉISBOL DE AYER

Chino Almonte

El Chino Almonte se encargó de auspiciar actividades en los más apartados rincones de la nación y hubo una época en que en cada población había cuando menos un equipo de béisbol patrocinado por la CAT.

El Chino Almonte se encargó de auspiciar actividades en los más apartados rincones de la nación y hubo una época en que en cada población había cuando menos un equipo de béisbol patrocinado por la CAT.

En el deporte no solo son importantes los atletas, también hay que tomar en consideración los hombres y mujeres que proporcionan el auge y desarrollo del mismo en sus diferentes manifestaciones.

Existen muchos ejemplos de personas que han ofrecido esfuerzo, trabajo, dinero, en pos de beneficiar las actividades del músculo. El Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano está lleno de deportistas que supieron dedicarse con voluntad férrea a los mejores intereses de la práctica metódica de ejercicios físicos.

La lista es interminable, pero varios de esos grandes propulsores que favorecieron el deporte, lo señalamos a seguidas: Humberto Gómez Oliver, Charles Dore, Pilindo Bonetti Burgos, Luis Alfau, Monchín Pichardo, Frank Hatton, Lico Mallén, Geo Pou Primet, Manuel Joaquín Báez Vargas, Máximo Llaverías, Birrito Bonetti Burgos, Federico Nina, Hostos Fiallo, Virgilio Travieso, Nonito García, Pedro Julio Santana, Enrique Ripley Marín, Juan Sánchez Correa, Cuchito Álvarez, Polón Muñoz, Moisés Lembert, Julio C. Linval, José Joaquín Puello, Miguel Peguero, Max Reynoso, Chito Asmar, Whiche García Saleta, Paquito Martínez Alba, Julián Barceló, Bebecito Martínez, José Briceño, Bolo Vicioso, Emil Kasse Acta, etc., etc. y etc.

Esto solo es un ejemplo de las personalidades, que por su ejemplo han sido exaltados al Pabellón de la Fama, faltan muchos que lamentablemente no lo hemos insertados en esta crónica, tan valiosos como los anteriores.

Pero, a partir de hoy, vamos a referirnos a un propulsor que no hemos mencionado y ha sido uno de los buenos contribuyentes en el engrandecimiento del deporte dominicano.

Se trata de CAONABO FEDERICO ALMONTE MAYER, quien naciera en Santiago de los Caballeros el 18 de julio de 1920. Por sus familiares de la Línea Noroeste, se pensó que había llegado a la vida en Monte Cristi. Nosotros así lo habíamos escrito, pero buscando datos, llegamos a la certeza de que estábamos equivocados.

El Chino, como le denominaban desde pequeño, era hijo de Enrique Almonte y Engracia Mayer, ambos ya fallecidos.

Casó el 19 de diciembre de 1950 con Ana Bernardina Díaz, alias “Caperuza”, de cuyo matrimonio procreó tres hijos, Enrique Simón, Caonabo Federico y Rosalía.

El Chino ingresó al personal de la Compañía Anónima Tabacalera (CAT), el primero de marzo de 1938, como simple auxiliar de la fábrica de cigarrillos, con un salario mensual de RD$30.00 pesos. Después desempeñó las posiciones de auxiliar de contador, sub-contador, contador, jefe del departamento de Contabilidad, vicepresidente y finalmente Presidente de la empresa.

Almonte Mayer, en la CAT, fue, de hecho, el creador de una filosofía promocional que giró básicamente alrededor de los deportes y el arte.

Continuamos en la próxima entrega.

Es Caperuza Díaz, la consagrada esposa de Almonte, en el día de sus bodas con el deportista (19-12-1950).

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