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Decisión de LaRoche afecta la campaña de los Medias Blancas

El equipo no clasifica para los playoffs desde la temporada del 2008

Chris Sale es el as de la rotación de los Medias Blancas, pero apoya a Adam LaRoche en su controversia con los ejecutivos del equipo.

Chris Sale es el as de la rotación de los Medias Blancas, pero apoya a Adam LaRoche en su controversia con los ejecutivos del equipo.

¿La familia o la pelota? Adam LaRoche optó por Drake, su hijo de 14 años, y repentinamente la prometedora temporada de los Medias Blancas de Chicago está bajo nubarrones.

La Roche, con 12 años de servicio en las Grandes Ligas, sorprendió al mundo del béisbol cuando comunicó a los Medias Blancas su intención de retirarse, dejando sobre la mesa los 13 millones de dólares de salario correspondientes a su último año de contrato.

Fue una decisión que se precipitó por algo inusitado: Kenny Williams, el vicepresidente ejecutivo del club, emplazó al bateador designado de que Drake tenía que pasar “menos tiempo” con el equipo.

Desde que LaRoche firmó un pacto de 26 millones por dos años, la presencia de Drake se hizo habitual. El toletero sostiene que firmó con el equipo bajo la condición de que su hijo tendría la libertad de acompañarle.

De arriba para abajo con su padre durante la temporada regular, Drake lucía un uniforme de los Medias Blancas y hasta tenía un casillero propio en el camerino. Se le llegó a describir como el “jugador número 26”. ¿Su educación? El chico recibe clases particulares.

Williams enfatizó que no se concibe que alguien lleve a su hijo “todos los días” al sitio de trabajo. “A veces hay que tomar decisiones que son impopulares”, añadió.

Sin embargo, la medida desató una crisis en medio de la pretemporada.

La reacción dentro del plantel ha sido de solidaridad hacia su colega. El as Chris Sale colgó las camisetas de padre e hijo, ambas con el número 25, en su casillero en el complejo de entrenamientos del equipo en Arizona y cargó contra Williams al afirmar que éste mintió “descaradamente” a los jugadores.

“Creo que todo el mundo aceptaba la presencia de Drake LaRoche en el camerino y todo lo que aportaba”, sostuvo el jardinero central Adam Eaton. “Nos ayudaba y de ninguna manera era un estorbo.

Tampoco causó problema el año pasado”.

Para un equipo que desde 2008 no se clasifica a los playoffs y que durante el receso procuró reforzarse para jugar en octubre, la polémica amenaza con sabotear la campaña en su umbral.

“No ha sido el momento más oportuno y no creo que hubiera hecho diferencia si fue en el primer día de los entrenamientos”, comentó el manager Robin Ventura. Sobre sus jugadores, resaltó que “lo que está claro es que están unidos, un ciento por ciento”.

Empezaron sus preparativos con la meta de encumbrarse a la cima de la Central de la Liga Americana y olvidarse de un amargo 2015. Mientras quedaban cuartos en la división con 86 derrotas, sus vecinos Cachorros se convirtieron en sensación.

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