A TIRO DE HIT

Un partido inolvidable

Esta semana se cumplió el aniversario número 40 del sexto juego de la Serie Mundial de 1975, uno de los partidos más dramáticos e influyentes en la historia del béisbol. Con Fenway Park como escenario, Carlton Fisk produjo uno de los momentos emblemáticos en los anales del deporte, con un cuadrangular en la parte baja de la duodécima entrada que llevó a los Medias Rojas de Boston a empatar a tres victorias por bando una emocionante serie contra los Rojos de Cincinnati.

La reacción de Fisk ha sido repetida en cientos de miles de ocasiones. La forma como el dramático final del partido fue transmitido por la cadena NBC se convirtió en punto de referencia para el arte de televisar deportes, especialmente béisbol. En realidad, esa noche en Boston se inició una nueva etapa del béisbol en televisión.

Para la celebración del sexto partido, fue necesario esperar, esperar y luego esperar un poco más. La lluvia provocó suspensiones tres días consecutivos hasta que finalmente el evento pudo presentarse el martes 21 de octubre de 1975.

Los equipos habían intercambiado triunfos en las primeras cinco fechas de la serie: Luis Tiant lanzó una blanqueada de cinco hits para llevar a Boston a una victoria 6-0. Al día siguiente, Cincinnati anotó dos veces en la primera del noveno para ganar 3-2 con un doble decisivo de Ken Griffey Sr.

El tercer partido se fue del lado de los Rojos gracias a un toque de pelota de Ed Armbrister que produjo un jugada de interferencia y preparó la mesa para un sencillo decisivo de Joe Morgan.

Tiant lanzó otro juego completo para igualar las acciones en el cuarto partido, pero los Rojos consiguieron dos cuadrangulares de su inicialista Tany Pérez para tomar el comando de la serie 3-2.

De esa manera se llegó al sexto encuentro. Los tres días de pausa por la lluvia le permitieron a Darrell Johnson, manager de Boston, entregarle la pelota a Tiant nuevamente.

Los Medias Rojas comenzaron bien, cuando Fred Lynn - super novato de 1975 - conectó un cuadrangular de tres carreras contra el abridor de Cincinnati Gary Nolan. El cubano trabajó tres entradas en blanco para luego ver su ventaja desaparecer en el quinto inning cuando Griffey pegó un triple remolcador de dos vueltas y el inmortal Johnny Bench lo remolcó con sencillo.

En la primera del séptimo, el trabuco rojo tomó ventaja 5-3 con un doble remolcador de dos carreras de George Foster. Cuando el dominicano Cesarín Gerónimo abrió el octavo con un jonronazo solitario, la victoria de Cincinnati parecía un hecho. Estaban a seis outs de celebrar. Sin embargo, el drama apenas comenzaba.

El primer gran héroe de la noche para Boston fue Bernie Carbo, un jardinero que había iniciado su carrera de liga grande con los Rojos, terminando segundo en las votaciones para el premio de Novato del Año de la Liga Nacional en 1970.

Ahora estaba en la acera de enfrente, y su comportamiento ese día no fue precisamente ejemplar. Años después de aquella noche, Carbo confesaría lo siguiente: “Probablemente me fumé un par de cigarrillos de marihuana, tomé tres o cuatro cervezas, llegué al estadio, ingerí algunas anfetaminas y un analgésico, luego una taza de café, masqué algo de tabaco, fumé un cigarrillo y luego fui a batear de emergente”.

En la conclusión del octavo, Boston embasó a Lynn y Rico Petrocelli cuando el dirigente Johnson llamó a Carbo para que bateara contra el relevista Rawly Eastwick con dos outs. Luego de lucir muy mal en un par de ocasiones, Carbo bateó un slider y sacó la pelota del parque por el center field para igualar el partido a 6.

El momentum se había mudado de cueva. En el noveno, los Medias Rojas parecían encaminados al triunfo cuando llenaron las bases sin outs. Lynn conectó el elevado que su equipo necesitaba, pero muy corto. Foster capturó el batazo en zona foul. El corredor de tercera era Denny Doyle y el coach de tercera base Don Zimmer.

Zimmer gritó “No, no, no”, indicándole a Doyle que NO saliera en pisa y corre. El corredor entendió “Go, go, go” y arrancó hacia el pentágono. Así murió la oportunidad de ganar el partido.

En el inning 11, una atrapada milagrosa del right fielder Dwight Evans en batazo que parecía seguro extrabase de Morgan impidió que los Rojos tomaran ventaja.

Luego de otra amenaza de Cincinnati en el inicio del duodécimo inning vino el estacazo de Fisk contra un agotado relevista llamado Pat Darcy para darle la victoria al conjunto de Boston e igualar la serie. El batazo tenía la distancia y la altura. La duda era si se mantendría en zona fair. Los gestos de Fisk tratando de “ayudar” el batazo a mantenerse en zona buena son inolvidables.

Al día siguiente, los Rojos se coronaron campeones con un hit decisivo de Joe Morgan, su extraordinario intermedista. Sin embargo, es el cuadrangular de Fisk lo que recordamos como momento emblemático de ese Clásico.

Fue un increíble final para un dramático partido en una de las mejores Series Mundiales de todos los tiempos.

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