TRIBUNA ABIERTA
Gala Olímpica
El Comité Olímpico Dominicano (COD) desplegó todo su empeño, trabajo y voluntad para convertir la Gala Olímpica 2015 en una noche memorable para el deporte y la sociedad dominicana.
Sentí un enorme orgullo por mi país y por mis conciudadanos, sobre todo, en un tiempo difícil de articular políticas, proyectos y conciencia pública en beneficio de planes y programas a largo plazo.
Luisín Mejía, presidente del COD, presentó unas estadísticas impresionantes sobre el desempeño del deporte dominicano en diversos escenarios internacionales en la década que abarca desde 2005 hasta 2015. Lógicamente, sin regatear méritos a la gestión actual del COD, no hay siembra que se coseche de inmediato, Otros, hombres y mujeres, antes de esos diez años, escogieron el terreno, lo prepararon y lo sembraron para para el cultivo y los frutos de hoy.
Así lo reconoció Mejía en sus palabras, citando nombres y hechos, consustanciales a estos logros del referido decenio.
Dirigentes activos en el trabajo, empresarios conscientes y solidarios en su compromiso con la juventud, gobernantes visionarios, atletas esforzados, técnicos y entrenadores preparados entregando lo mejor de su conocimiento y una sociedad que ama y distingue a sus héroes.
Ese fue el mensaje de la Gala Olímpica, prestigiada por la presencia de Pedro Martínez, nuestro inmortal del béisbol de Estados Unidos, reconocido igual que más de cuarenta atletas y deportistas premiados en este hermoso acto de justicia a los más esforzados y talentosos del deporte de máxima competencia.
Ahí también sobresalió David Ortiz, brillando con luz propia, amado por el pueblo dominicano por sus atributos como jugador y por su conducta como ciudadano.
Víctor Estrella, el tenista de mayor linaje internacional, lo mereció todo.
El premio de Atleta del Año y el reconocimiento unánime de todos los presentes con aplausos y vítores vibrantes, repetidos, cuando recibía su premio y dirigía su mensaje de agradecimiento.
Hubiese preferido, a mi gusto, que todo fuera perfecto.
Positivo. Alentador.
Pero, vi a un pálido Ministro de Deportes que pasó prácticamente desapercibido, aunque estuvo en el escenario en la entrega del principal premio de la noche.
Jaime David Fernández Mirabal es más deportista, con sobrados méritos ganados desde su juventud hasta ahora, que lo que proyecta su gestión en el Ministerio de Deportes.
Esto, sin embargo, es otro tema.
Hoy, con mucho orgullo por lo que he compartido con el movimiento deportivo federado en mi camino como periodista de compromiso con el deporte olímpico, con la anuencia de todos, levanto mi copa y brindo junto a ustedes por la Gala Olímpica 2015.