ÚLTIMOS INNINGS
La frenética noche de Friedman y Farhan Zaidi
La noche de miércoles a jueves se convirtió en la de los movimientos en la reunión anual de Gerentes Generales de los equipos de Grandes Ligas en la ciudad de San Diego. Pero en el medio de todo ese flujo de negociaciones, no cabe duda que los Dodgers de Los Angeles se convirtieron en los amos de la noche. Con su nuevo régimen en el área de Operaciones de Béisbol encabezado por el presidente Andrew Friedman y el Gerente General Farhan Zaidi, éstos imprimieron su marca en el equipo, enviando a los Padres de San Diego a una de las caras del equipo y favorito de los fanáticos – el jardinero Matt Kemp–, su segunda base y primer bate –el líder de bases robadas de la Liga Nacional, Dee Gordon–, el veterano lanzador Dan Haren y los reservistas Tim Federowicz, receptor, y Miguel Rojas, infielder. Entre el grupo que llega a Chavez Ravine se encuentran el antiguo Jugador Más Valioso Jimmy Rollins, para defender las paradas cortas por un año, el veterano segunda base Howie Kendrick como reemplazo de Gordon en el segundo saco, el agente libre Brandon McCarthy, el joven receptor Yasmani Grandal, el relevista Chris Hatcher y aparte los jugadores jóvenes Austin Barnes (receptor), Kike Hernández (utility) y los lanzadores Joe Wieland y Zach Eflin. Por breves instantes los Dodgers tuvieron en sus manos al prospecto lanzador zurdo Andrew Heaney –número uno de los Marlins– pero se encargaron de transformarlo más adelante en Kendrick. ¿Tiene algún tipo de lógica todo este asunto? Las razones y el método detrás de la locura Para empezar habría que comprender la forma en que piensan y operan las mentes que ahora controlan la oficina central en Los Angeles. La filosofía de hombres como Friedman y Zaidi –que se formaron haciendo de tripas corazón en mercados pequeños como Tampa Bay y Oakland– se basa en la eficiencia en términos de manejo de la nómina y los costos relacionados a jugadores en la organización, y para conseguir ese objetivo, mas valoración a la flexibilidad que a la estabilidad del roster. Tomemos por ejemplo el caso Matt Kemp, un jugador indiscutiblemente talentoso y además un favorito de los fanáticos, incluso de un servidor. Uno pensaría que, tratándose de un pelotero que mostró en el pasado talento de super-estrella antes de ser frenado por varias lesiones, y que además bateó .309/.365/.606 con 17 jonrones y 54 remolcadas en la segunda mitad del 2014, los Dodgers estarían inclinados a retenerlo y no a transferirlo. Pero como todos sabemos, existía una situación en los Dodgers que permanecía intacta y que necesitaba definirse, y era el exceso de jardineros en el roster de grandes ligas. Kemp, Andre Ethier, Carl Crawford y Yasiel Puig ganan todos salarios de lujo y ya fue un tema poder conseguir juego diario para todos a la vez. De ellos, ninguno puede jugar el jardín central de forma competente, y dentro de la organización quien lo puede hacer –Joc Pederson– estaba bloqueado por ellos cuatro. Difícilmente algún Gerente General iba a tocar a Crawford o Ethier por sus salarios, de modo que las únicas dos piezas que podían retornar algo de talento que fuera útil eran Kemp y Puig. Pero ¿preferiría usted cambiar a Puig que es seis años más joven que Kemp y que en menos de dos temporadas completas en grandes ligas ha acumulado 9.1 WAR, en comparación con 4.6 de Kemp del 201 2al 2014? No, tampoco yo, y créanme que a mí y a mi hijo nos simpatiza mucho Matt Kemp. ¿Qué puede resultar de los cambios? Volviendo a los movimientos de los Dodgers viéndolos en el cuadro general, algunos de ustedes pensarán que como Friedman y Zaidi pertenecen a la escuela de pensamiento del énfasis en analíticas y sabermetría pues yo los voy a defender a capa y espada. Pero la realidad es que, aun cuando los Dodgers serán decididamente menos potentes a la ofensiva, la presencia en el medio del infield de Rollins y Kendrick representa una diferencia neta de poco más de 20 carreras salvadas a la defensa comparando sus métricas defensivas del 2014 con las de Gordon y Hanley Ramírez, y no hemos mencionado el tener a un genuino centerfielder como Pederson.