Alfredo Di Stéfano,“ La saeta Rubia”, alcanzó la gloria con el “Real Madrid”. Considerado junto a Pelé, los dos mejores futbolistas de todos los tiempos.

El fútbol está de luto con la partida del inconmensurable delantero argentino Alfredo Di Stéfano, quien había nacido el 4 de julio de 1926 en Barracas, un barrio del sur de Buenos Aires. Era nieto de un napolitano. Se crió en ese lugar repleto de cafeterías de mala reputación y fábricas. Esta leyenda del fútbol, uno de los grandes del siglo XX, ganó cinco copas de Europa con el “Real Madrid”, aún cuando nunca participó en un mundial. Cuando la FIFA señala los más destacados en el deporte de las patadas, menciona a la Saeta, rodeado de Pelé, Maradona, Johann Cruyff y Franz Beckenbauer. La muerte de Di Stéfano, tras sufrir un infarto, a los 88 años, coincidió con las finales del Mundial Brasil 2014. Alfredo debutó en su patria con el “River Plate” en 1943, conquistando dos campeonatos de la liga argentina y luego pasó a los Millonarios de Colombia, donde fue campeón cuatro veces. En 1953, lo vendieron al Real Madrid y allí se convirtió en el mayor artillero, la máxima figura de Europa. Paz a su alma. Hay que tomar en cuenta en el Baloncesto Nacional a Jorge Cuello Mainardi Es una pena que muchos seguidores y amantes del baloncesto dominicano ignoran la trayectoria deportiva de Jorge Cuello Mainardi, doctor en Psiquiatría, quien en su juventud, en el tiempo que era estudiante, jugó en el baloncesto de España y Puerto Rico, países donde supo destacarse, al extremo que su participación durante más de 15 años, provocó que por sus acciones obtuvo diferentes premiaciones, tales como Jugador Más Valioso y fue notorio que perteneció a equipos campeones en las selecciones catalanas, universitarias y combinados independientes. Queremos que las autoridades deportivas dedicadas al baloncesto estudien las actuaciones de este médico, que labora en la Clínica “Corazones Unidos” y en cuya familia existieron deportistas que sobresalieron en el béisbol y en el basketball. Estudiemos la situación de Jorge y damos por seguro que aparecerá en los años 50 y 60, una labor digna de ser tomada en cuenta, en formas de reconocer a este médicoatleta, que rindió una gran jornada en tierras extranjeras. ¡Adelante, compañeros de la prensa!