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A TIRO DE HIT

Honores Merecidos

Esta semana, el Comité de Veteranos del Salón de la Fama del Béisbol anunció los elegidos para ser exaltados en el ceremonial del verano de 2014. Con las selecciones de los retirados dirigentes Tony LaRussa, Bobby Cox y Joe Torre se rindió merecido tributo a tres carreras extraordinarias. La combinación de éxito y longevidad de cada uno de ellos es muy escasa en el baseball, sobretodo en estos tiempos. La descripción de puesto de un manager de Grandes Ligas cambió radicalmente con el advenimiento de la agencia libre durante la década de los 70. Hombres de éxito de otras épocas como John McGraw, Joe McCarthy y más recientemente Walter Alston disfrutaron de una autoridad casi absoluta gracias al sistema establecido. La cláusula de reserva ataba los jugadores a sus equipos prácticamente de por vida, y eran los dueños de los mismos quienes tenían todas las prerrogativas. Bajo ese esquema, el manager era la extensión de la directiva, y por tanto tenía a los jugadores en sus manos. La libre agencia y el crecimiento del poder de la Unión de Jugadores cambiaron las cosas. El manager de hoy día devenga un salario menor que la mayoría de sus subalternos y su seguridad es mucho más vulnerable, por lo que necesita otros métodos para imponer autoridad y lograr resultados. Así se acuñó el término “Players Manager”, aquel capataz cuyo punto fuerte es llevarse bien con sus jugadores, capaz de “mantener a todo el mundo contento.” Más bien psicólogo que estratega. Por eso resulta admirable el éxito sostenido de estos hombres durante sus carreras recientemente concluidas. A continuación un vistazo a cada uno de ellos: Tony LaRussaSu carrera como manager de Grandes Ligas se inició durante la temporada de 1979 con los Medias Blancas de Chicago, sustituyendo a Don Kessinger. Su última fase de entrenamiento fue como dirigente de las Estrellas Orientales en la temporada 1978-79 de la pelota nuestra. Desde entonces, permaneció casi ininterrumpidamente en las Mayores con Chicago (1979-86), Oakland (1986-95) y St. Louis (1996 hasta su retiro luego de ganar la Serie Mundial de 2011). Es tercero en la lista de juegos ganados de por vida con 2,728, sólo detrás de Connie Mack y John McGraw. Uno de los grandes estrategas de todos los tiempos, con el coraje para innovar en un deporte donde pocos se aventuran a salirse del “librito”. Se le reconoce como propulsor del método de uso del bullpen preponderante hoy en día, donde cada relevista tiene roles muy bien delimitados. Fue un esquema que estableció en Oakland, donde nombró a Dennis Eckersley como el stopper y lo respaldó con un excelente grupo de “preparadores”, rescatando su carrera y convirtiéndolo en un eventual inmortal. Manager campeón con Oakland en 1989 y St. Louis en 2006 y 2011. 2. Bobby Cox, 68 años: En una encuesta realizada hace unos años a jugadores de Grandes Ligas por la publicación Sports Illustrated, Cox resultó electo “el manager para quien más quisiera jugar.” Inequívoca muestra de la popularidad como dirigente de este hombre, cuya obra más destacada es haber ganado 14 títulos divisionales de forma sucesiva (1991-2005). Fue líder de los Bravos por primera vez entre 1978 y 1981. Luego se fue a Toronto, donde por primera vez llegó la post-temporada en 1985. De regreso a Atlanta en 1986 como Gerente General, se le reconoce haber construido los cimientos de la dinastía que dirigiría por segunda vez a partir de 1990. Por sus manos pasaron algunos de los grandes lanzadores de todos los tiempos, como Greg Maddux, Tom Glavine y John Smoltz, además de luminarias como Chipper Jones. El crédito que recibe por la forma en que administraba un equipo de baseball, especialmente el pitcheo, es casi unánime. Ocupa el cuarto peldaño de todos los tiempos en victorias como dirigente con 2,504. Manager campeón en 1995. 3. Joe Torre, 68 años: Viva demostración de que el éxito de un dirigente depende del material con que cuente más que de su capacidad. A diferencia de los dos primeros, tuvo una destacada carrera como jugador, obteniendo el premio de JMV de la Liga Nacional en 1971. Cuando llegó a la organización de los Yankees en 1996, su reputación como manager no era la mejor, luego de años de dirigir equipos débiles con los Mets y Cardenales. Durante una parada de tres años en Atlanta, avanzó a la post-temporada contra pronósticos en 1982 y al año siguiente perdió el título divisional en la última semana. Pero fue en el Bronx donde Joe Torre construyó su legado. Armado de excelentes equipos liderados por figuras como Derek Jeter, Paul O’Neill, Bernie Williams y Mariano Rivera, logró cuatro campeonatos en cinco años. Algo monumental, tomando en cuenta las largas series regulares en una división ferozmente competitiva más tres rondas de playoffs. Durante estos años, Torre mostró su habilidad para dirigir toda una constelación de estrellas. Al final de su carrera, también fue exitoso con los Dodgers. Quinto en la lista de victorias con 2,326. Manager campeón en 1996, 98, 99 y 2000.

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