ÚLTIMOS INNINGS
La segunda base y la curva de los 31 años
Con la oficialización esta semana de la extensión de contrato a Dustin Pedroia, los Medias Rojas de Boston convierten a la principal figura del equipo en el primer segunda base que consigue un contrato de cien millones de dólares. La razón de esto es relativamente fácil de entender, y es que la tasa de desgaste en la posición es extremadamente elevada. En general, la posición de segunda base tiene un alto deterioro en el desempeño del jugador a medida que pasan los años, y ese riesgo inherente hace que comparado a otras posiciones, los contratos conseguidos por los intermedistas sean menores en valor y extensión. Hace unos años Nate Silver presentó un estudio en Baseball Prospectus de los patrones de maduración de los jugadores en cada posición. Aquellas que presentaban una curva de maduración más pronunciada y disímil a las demás eran la segunda base, así como la receptoria. En el caso de los intermedistas el estudio de Silver concluye que la posición alcanza alrededor del 95% de su valor pico hasta los 23 años de edad, en comparación con el 84% del promedio general. Lo que esto quiere decir es que un segunda base típicamente no mejora su nivel de juego tanto como un jugador de otra posición, y que además, para complicar las cosas, el declive en producción después de los 30 años es más rápido y pronunciado que en el resto de las posiciones. LA MADUREZ: Al momento en que este nuevo contrato entre en vigencia, Pedroia ya tendrá 31 años de edad, y eso mismo va a ocurrir con Canó con el que firmará en la temporada muerta o antes. Independientemente de las simpatías que todos sintamos por estos dos peloteros, Boston y los Yankees o cualquier otro equipo con que termine Canó, van a pagar parte importante de sus declives, y a salarios de jugadores élites, algo que en realidad, es común a la mayoría de los agentes libres. Conscientes de que estos dos jugadores han mantenido un nivel excepcional en el transcurso de sus carreras, hicimos una pequeña investigación para fines de tener una idea de qué pudiéramos esperar de Canó y Pedroia a partir del año próximo. Para empezar confeccionamos una lista de los diez segundas bases con mayor cantidad de Victorias Sobre Nivel Reemplazo (WAR) acumuladas en sus carreras, empezando a partir de 1963, primera temporada en las mayores del mejor segunda base de la historia, que es Joe Morgan. La lista de los diez primeros, en orden descendente es como sigue: Joe Morgan : 99 WAR, Rod Carew : 72.5, Bobby Grich : 69.4, Lou Whitaker : 68, Craig Biggio : 65.2, Roberto Alomar : 63.8, Willie Randolph : 62.3, Ryne Sandberg : 60.4, Jeff Kent : 56.7 y Chase Utley : 54.5. Analizando luego el desempeño de cada uno de ellos hasta antes de cumplir 31 años y luego de los 31, lo que encontramos fue lo siguiente: como grupo estos diez acumularon 383 WAR antes de cumplir 31 y 276, después de cumplir 31. O sea que el 58% del valor de sus carreras llegó antes de los 31, y solo el 42% después. En realidad, eso está acorde con el patrón de maduración normal, pero ojo, recordemos que estamos hablando de 10 hombres excepcionales, cuatro de ellos en Cooperstown, y al menos cuatro más con casos que ameritan inducción. Lo más seguro es que, tomando un jugador “normal” de la posición, nos encontremos con un comportamiento similar al descubierto por Nate Silver. En promedio, en la primera etapa de sus carreras la producción anual en WAR fue de 5.2, y 4.7 después de los 31, claro está, gran parte de esta última producción concentrada en las primeras dos a tres temporadas jugadas a partir de los 31 años. Algunos casos individuales Por ejemplo, Joe Morgan tuvo temporadas entre los 28 a los 30 años de 8.7, 9.5, y 8.6 WAR. A partir de los 31 años, en 1975 y ‘76, Morgan fue Jugador Más Valioso dos veces con 11.0 y 9.5 WAR, la mejor y segunda mejor temporada de su carrera. En 1977 con 32 años Morgan produjo 5.8 WAR, pero a partir de ahí, de sus próximas 7 temporadas solo dos superaron las 4 WAR aportadas. Otro caso particular, que sesga un poco la balanza después de los 31 es el de Jeff Kent, un jugador de desarrollo tardío, quien tuvo sus mejores temporadas después de cumplir 31 años. De hecho, él y Craig Biggio –otro caso especial– son los únicos nombres de la lista con más valor total de carrera después de los 31 años, y en el caso de Biggio solo incluimos en el análisis sus temporadas después de ser convertido de receptor a segunda base en 1992.