Lulú Pérez

Existen personas que llegan a la vida para cumplir una misión positiva de mucho arraigo dentro de una colectividad, son gentes que saben proyectarse de una manera beneficiosa. Uno que fue de esa estirpe y relevancia, nos referimos a Luis Eduardo Pérez Garcés, mejor conocido por Lulú Pérez, quien fuere maestro, deportista, gran nacionalista y patriota. Nuestro personaje de hoy nació en Santo Domingo en fecha 4 de febrero de 1893, hijo de Andrés Pérez Rodríguez y Felicia Garcés. Tuvo doce hermanos: Manuel Ángel, Tomasina, Leticia, Celina América, Luisa Dilia, Pedro, Juana Aurea, Andrés Julio, Rosa Felicia, Rafael, Miguel y Colombina. Lulú se casó con Consuelo Saladín, con la cual procreó a sus hijos Luis Andrés (Lulucito) y Altagracia Mercedes (Gracita). Pérez Garcés enviudó en 1944 y luego falleció de manera inesperada en su residencia de la avenida Duarte número 87 (anterior José Trujillo Valdez), el 8 de enero de 1951, a la edad de 58 años. El protagonista de esta historia fue el fundador del inolvidable Gimnasio Escolar y de la recordada Academia Santa Ana (1916), desde donde introdujo la práctica del volibol, la gimnasia sueca, el baloncesto y otros deportes. Lulú, seudónimo por el cual era conocido, también fundó el equipo de béisbol “Nuevo Club”, en el cual se distinguió como lanzador y bateador peligroso, además de ser un ágil corredor de bases. El 31 de diciembre de 1911, el “Nuevo Club” se enfrentó por vez primera a los Tigres del “Licey”, venciéndolos con anotación de 14 x 3. Miguel Ibáñez y Lulú Pérez lanzaron por los primeros y José Pou y Federico Fiallo lo hicieron por los azules. En ese partido, Lulú, aparte de su magnífica labor desde el box, sopló un jonrón con un compañero a bordo en el noveno episodio. Después de retirarse como jugador activo, el profesor Pérez se mantuvo ligado a los deportes, contribuyendo grandemente en la formación y preparación de muchos jóvenes atletas dominicanos. Lulú fue maestro de gimnasia del famoso pelotero René Velázquez, quien fuere un estupendo jugador del campocorto de los Rojos del “Escogido”. René también defendía el jardín central. La labor de Lulú en el deporte fue magistral, pues además de ser un destacado beisbolista, enseñó a una generación a cómo jugar esa disciplina, tal como le explicaron en Norteamérica, cuando él residía en el país norteño.