ABIERTO DE WIMBLEDON
Marion Bartoli se proclama monarca en Wimbledon
La francesa Marion Bartoli (15ª favorita), con un poco de susto para cerrarlo, aprovechó a la perfección los numerosos errores de la alemana Sabine Lisicki (23ª favorita) y se impuso por 6-1 y 6-4 en la final de Wimbledon. En la inesperada final en el All England Club, Bartoli fue mucho más. Manejó mejor los momentos del partido, se mostró con menos fisuras y terminó festejando a lo grande. Emocionada al máximo, la gala se sacó la espina de haber perdido la final de 2007 en Londres y logró su primer título de Grand Slam. Todo de Marion Bartoli en el inicio del juego. Pudo sacarse los nervios del primer game, en el que cometió dos dobles faltas y perdió su servicio, y arrasó con una excesivamente errática Sabine Lisicki La francesa recuperó rápido el break -también con una doble falta de la alemana- y encontró la llave del encuentro: exigir con sus potentes impactos y esperar las fallas (14 no forzadas en el primer set) o las malas decisiones de Lisicki. Sumando puntos Se le hizo todo muy fácil a Bartoli, que quebró en tres oportunidades y apenas cedió siete puntos con su servicio (cuatro en el game inicial) para el 6-1 de apertura en sólo media hora de juego. Lisicki intentó meterse en el partido. Se dio ánimo, trató de estar más activa en el juego de piernas y buscó tener más control en sus tiros. Así ganó el primer game del segundo set ¿Recuperación? No, los errores persistían. Y Bartoli, para dejar en claro, tampoco facilitaba las cosas. La francesa aprovechó mejor su experiencia de saber lo que es estar en una final de Grand Slam y no se apartó del libreto. Su juego rozó la perfección, con impactos agresivos y forzando a Lisicki a pegar cada vez más incómoda. La sentencia parecía estar escrita. Nuevo chance Sin embargo le quedaba un capítulo más al libro de esta final, para darle un marco más digno y algo de emoción. La alemana, estando contra las cuerdas, esbozó una recuperación. Salvó tres match point en contra (en el 5-1), se soltó en su juego y ganó tres games de manera consecutiva. Soñó con la recuperación. Era otra jugadora, agresiva, con buenos impactos y sin errores. Pero ahí apareció Bartoli para dejar en claro por qué estaba en la final. La francesa no dejó pasar la chance para cerrarlo con su servicio y -con un ace- se terminó consagrando en Wimbledon, logrando su primer título de Grand Slam.