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Riesgos mal calculados

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Carlos José LugoSanto Domingo

Durante el pasado fin de semana ocurrieron dos transacciones menores en el béisbol de las grandes ligas, que probablemente hayan pasado desapercibidas por involucrar dos jugadores poco importantes. En ambos casos, estos fueron designados para asignación, y con ello abrir las puertas para el fin de la relación con sus respectivos equipos. El lanzador relevista de los Dodgers de Los Angeles, Matt Guerrier, y el veterano jardinero derecho Jeff Francouer de los Reales de Kansas City, son los personajes a quienes nos referimos. En el caso de Guerrier, este exhibía un promedio de carreras limpias de 4.80 en 34 apariciones, embasando por vía del hit o la base por bolas una proporción de un bateador y medio por entrada, lo cual, para un relevista corto es obviamente un pobre desempeño. Con Kansas City Francoeur bateaba .208/.249/.3 22en 193 apariciones al plato, con solo 3 jonrones y 13 remolcadas. La importancia de estos dos movimientos está en que presentan un perfecto ejemplo de errores en la gerencia general de un equipo a la hora de evaluar las reales habilidades de un jugador entender la manera mas eficiente de llenar los huecos en el roster y proyectar las consecuencias negativas, no solo en producción en el terreno, sino en gasto de nomina de dichos errores. Matt Guerrier y la ilusión de la “efectividad” Empecemos revisando el caso de Matt Guerrier; quien durante casi un lustro fue uno de los relevistas intermedios más utilizados en las mayores, acumulando 73 ó más apariciones durante cuatro años seguidos en Minnesota. En general Guerrier trabajó de manera competente, pero nunca exhibiendo los recursos de un relevista dominante. En el 2010 Guerrier tuvo un PCL de 3.17, con solo 56 hits permitidos en 71 entradas. Los Dodgers y su gerente general, Ned Colletti, buscando agregar profundidad al bullpen, firmaron a Guerrier por tres temporadas y 12 millones de dólares. Lo que Colletti pasó por alto fue que esos atractivos promedios de carreras limpias de 2.36 ó 3.17 exhibidos en temporadas previas por Guerrier, en realidad no eran demasiado sostenibles para un lanzador con poca habilidad para ponchar bateadores. Guerrier además iba rumbo a 32 años de edad. En Los Angeles, el PCL de Guerrier se disparó a 4.07 el primer año de contrato, bajó a 3.86 en el segundo, pero eso fue irrelevante porque este apenas lanzó 14 entradas con inflamación en el codo, y finalmente llegamos a este 2013, en donde Guerrier tuvo en los Dodgers el desempeño que ya mencionamos hace un momento. En sus tres temporadas en Los Ángeles, Guerrier aportó 0.5, -0.5 y -0.2 Victorias sobre un jugador nivel reemplazo o WARs. Si tradujéramos esa producción en el terreno a valor en dinero, los Dodgers terminaron con una pérdida neta acumulada, aproximada, de 12.9 millones de dólares por el lujo de tenerlo en el bullpen. En resumen, amigos míos, los Dodgers recibieron en el terreno, por parte de Guerrier, lo mismo que les pudo haber aportado cualquier jugador disponible por el salario mínimo, porque su producción en el terreno estuvo por debajo del nivel reemplazo. ¿Era eso algo difícil de anticipar ante de firmarlo? Por supuesto que no, porque en el 2010, en Minnesota, y a pesar del 3.17 de efectividad, el aporte de Guerrier fue esencialmente nivel reemplazo con 0.1 WAR. Pobrísimo ejemplo de colocación de recursos por Ned Colletti, lo cual francamente no es extraño. El pelotero que Dayton Moore siempre soñó Después de un cúmulo de temporadas inefectivas con su bate, en Atlanta y los Mets, Jeff Francoeur fue rescatado por Dayton Moore y los Royals en el 2010, firmando por un modesto salario de 2.5 millones de dólares. Moore estuvo a cargo del sistema de fincas de los Bravos, y por supuesto conocía a Francoeur. En el 2011 el rightfielder tuvo su temporada más exitosa en las mayores, desde sus 70 partidos como novato con los Bravos en el 2005. Aparentemente rejuvenecido en Kansas, Francoeur bateó .285, 20 HR y 87 CE, 47 2B y 22 BR, y su slugging de .476 también el más alto desde el 2005. Fue una buena temporada, con 2.6 WAR de aporte, pero algunos rasgos negativos de Francoeur permanecían – 37 bases por bolas, 123 ponches, OBP de .329. Moore no pudo resistir la tentación. En vez de comprender y aceptar que esa producción de Francoeur era irrepetible, Moore prefirió ver el pelotero que él reclutó y desarrolló en sus años en Atlanta, y le extendió el contrato por dos temporadas más y 13.5 millones de dólares. Como era de esperarse, esto fue muy mala idea.

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