LA CRÓNICA DE LOS MARTES
¡Mateíto, nos va hacer mucha falta!
Siempre tendremos presente al “Acorazado de Bolsillo!
Aun cuando desde hacía unos años nuestro buen amigo se encontraba ciego, no era óbice para que echáramos una conversada, siempre a nivel deportivo, material que en lo beisbolístico, conocía más de la cuenta. Mateo era un ducho en cuanto a la pelota, disciplina que dominó por durante toda su existencia de jugador activo. Fue una estrella de primera magnitud, aquí, allá y donde quiera que participó. Los aplausos hacia él vinieron de todas partes, en su país, en Venezuela, México, Japón, Estados Unidos, etc. Todos estamos en deuda con la sociedad. Gozamos de los múltiples beneficios que reportan los esfuerzos ajenos. La historia de Mateíto durante su carrera es fuera de contexto. Este “Acorazado de Bolsillo”, como le titulamos nosotros, fue un artífice en conectar la esferoide a territorio de nadie y saber embasarse de cualquier manera, por medio de un toque o plancha, de un hit candente o de una línea a la pared, y hasta de un batazo de cuatro esquinas. Mateíto nació con un bate en las manos, así lo creemos. Sus números ofensivos siempre tuvieron por arriba de la marca codiciada de los 300 puntos. La verdad que la ausencia material de nuestro amigo de muchos años, quien dejó este mundo la pasada semana, nos ha entristecido y seguro no podremos olvidarlo, será un grato recuerdo mientras disfrutemos de vida. Las actuaciones del pequeño de Haina, a través de 39 temporadas en diferentes escenarios, le hicieron acreedor de ser exaltado al Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano y en el Ceremonial de 1983; resultó consagrado a la inmortalidad deportiva. Mateo fue un gigante, no de estatura, pero sí en grandeza deportiva. Sus numeritos en el uso del bate, le hacen un gran bulto.
