PRIMER ROUND

Mosley tuvo más miedo que vergu¨enza

La mejor definición de un cobarde la tenía mi abuelo cuando apostillaba el dicho popular de que alguien tuvo “más miedo que vergu¨enza” en determinada situación en la que debió hacer valer sus derechos de forma determinante. Y ese estribillo parece hecho a la medida para despedir la carrera de Shane Mosley, un hombre que pudo irse por la puerta grande el sábado aunque perdiera su combate, incluso por nocaut, ante Manny Pacquiao, pero no haciendo el ridículo de servir de saco de golpeo durante 12 rounds sin lanzar su derecha y chocando guantes toda la noche como si fuera un juego de muchachitas, algo así como “el gallo, la gallina y el caballo, el pío, el pío, que es un baile muy sencillo…”. Sí, este señor que a los 40 años subió al ring con un físico impresionante, con buenos reflejos y un jab excelente, no mostró vergu¨enza deportiva y dejó para diciembre la derecha con la que puso en mal estado a Floyd Mayweather Jr. y con la que masacró a Antonio Margarito, también dejó en el ambiente un manto de dudas sobre su verdadero rol, si era un rival o una chata que subió al ring a servirle de sparring al monarca filipino; fue tan pobre la ofensiva de Mosley –quien ganó 5 millones por su fiasco– que no superó al otro cobarde, el africano Joshua Clottey, quien al menos le conectó su uppercut a la barbilla al asiático en 7 ocasiones, pero luego se enroscó como un molusco en su caracol, para solo hacer defensa y soportar una fuerte paliza a todo lo largo del encuentro. CAÍDAS: Un golpe de Pacquiao en el tercer acto directo al cuello de Mosley lo dejó en la lona y anticipó un final antes del límite. Sin embargo, la técnica, el buen sentido común en el ring (esperó el máximo del conteo en la lona) demostró lo que comentábamos semanas atrás, Shane es un maestro del ensogado y a los 40 años el Pac-man no tuvo la capacidad de noquearlo, pero al viejete le faltó ese deseo de casarse con la gloria, no quiso arriesgar nada cuando no tenía nada que perder. Mosley podía salir a pelear perfectamente los últimos tres asaltos o los dos finales, y hubiese pasado a la historia como un héroe y fuera mejor ponderado por quienes pagaron su dinero. Puso como excusa que se dobló un tobillo, ¡mentiras! Pacquiao, como no pudo noquear, dijo que le dio un calambra, otra falacia. El colmo de todo fue que el réferi Kenny Bayless, mal orientado por el hombre que lleva el tiempo, le hizo un conteo a Pacquiao en el décimo round tras un empujón del retador, algo que enfureció a todos. El señor Bayless no vio el “golpe”, pero le ordenaron desde abajo iniciar el conteo como es reglamentario, Pacquiao reaccionó muy molesto, incluso, ya perdiendo el round 10-8 en las tarjetas por la caída irreal, le dio una zurra a Mosley cuando se reanudo la acción que si yo hubiese sido juez empato el asalto. LO QUE VIENE: Esta fue la gran oportunidad de ver las debilidades de Pacquiao, pero el señor Mosley a pesar de mantenerse de pie a los 40 años, no desveló mucho esas deficiencias por evitar un nocaut, incluso, se guardó los golpes de encuentro luego fallar una tremenda derecha (una de menos de cinco que lanzó en toda la noche) a inicios del encuentro. Ahora se habla de Juan Manuel Márquez, en un tercer capítulo ante el invencible monarca welter OMB. El azteca ha bajado mucha calidad por el calendario, poco tiene que buscar, quizás un brutal nocaut. Solo Floyd Mayweather Jr., si viene con seriedad, podría detener este toro filipino definitivamente, pues a la vista no se visualiza a nadie, pues para bien del boxeo Pacquiao sigue tomando muy en serio su trabajo.

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