DE TRES PUNTOS

Villa y Los Prados perdieron franquicias

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Osvaldo Rodríguez SuncarSanto Domingo

La comisión técnica de la Federación Dominicana de Baloncesto dejó mucho que desear en su proceder al ser consultada sobre la polémica que se suscitó respecto a la clasificación de los cinco equipos del pasado torneo de baloncesto superior en el Distrito Nacional. Una comisión del Club Bameso formada por el presidente de esa entidad, José Augusto Castro; el presidente de su Comisión de Baloncesto, Pedro Leandro Rodríguez; los técnicos Julio Frías y Beato Miguel Cruz, y quien suscribe, nos reunimos con una similar de la referida comisión técnica, integrada por Víctor Sierra, Servio Quezada (Tulio), Ramón Ceballos, Amado Acosta y Joel Pérez. Para mi sorpresa, los miembros de esa comisión demostraron un desconocimiento total del tema sobre el cual fueron consultados: reglamento técnico vigente del torneo superior de baloncesto en el Distrito Nacional y el reglamento FIBA adoptado para el mismo. Pero más sorprendente aún fue que en lugar de escuchar las exposiciones de quienes fuimos a consultarles, los miembros de la referida comisión mantuvieron en la reunión una actitud de abogados defensores de la errática decisión de la comisión técnica del torneo, presidida por Miguel Merejo, con Pedro Ortiz como asistente; y en virtud de la cual fue eliminado ñequivocadamenteñ el equipo del Club Bameso de los playoffs, como ya explicamos en una columna anterior. Los miembros de la comisión de Fedombal, en más de una ocasión, se mostraron afanosos en presentar argumentos que justificaran la decisión de la comisión técnica del torneo, la cual encabezó Merejo. Algunas pruebas del desconocimiento del cual aquí hablamos son las siguientes: 1.- Uno de los miembros dijo que no era aplicable el reglamento FIBA, y por tanto se debía decidir el quíntuple empate como se había hecho en el pasado, debido a que “la naturaleza de nuestros torneos es distinta a los de la FIBA, en los cuales los equipos se enfrentan una vez”. 2.- Otro, en una forma más que arrogante, necia, afirmó que en el reglamento FIBA estaba escrito que en un empate como el que se analizaba se establecía que aquellos equipos de más series particulares ganadas eran los que clasificaban. 3.- Un tercero llegó a señalar que en los ejemplos de los casos de empates que cita la FIBA en el reglamento no se consigna, entre los ejemplos insisto, el quíntuple empate. Eso a pesar que hay un enunciado que señala claramente qué hacer en casos de un empate entre más de dos equipos. El hombre pretendía que como ejemplos se citaran los “n” casos posibles. ¡Qué bárbaro! 4.- El mismo que habló sobre la naturaleza de los torneos, alegó que por asunto de “costumbre”, al margen de lo establecido en el reglamento, en el cual se estatuye la adopción del reglamento FIBA, la clasificación debía decidirse por el sistema que se usaba antes ñcuando sí estaba escritoñ, sobre la base de los equipos que ganaran más series particulares. El más moderado en sus consideraciones en la reunión, y a quien por tanto voy a citar por su nombre, Víctor Sierra, sin embargo, envió por la Internet el siguiente texto a los técnicos Nelson Ramírez, Franklin Núñez y Osiris Duquela, el mismo día en que se produjo la reunión con la comisión del Bameso: “Hay que tener mucho cuidado cuando se va a dar una opinión técnica y conocer los reglamentos internos del torneo, no solamente los reglamentos FIBA, para que nadie esté usando nuestros nombres, diciendo esto, aquello o algo más”. Ramírez, Núñez y Duquela fueron de los técnicos a quienes Bameso pidió se les consultara. También a Nelly Manuel Doñé, Héctor Báez, Ramón Aybar y Ricardo (Gioriver) Arias. Ese mensaje por la Internet fue una de las informaciones a las cuales se refirió Osiris Duquela, en un mensaje a quien suscribe que publicamos en la columna de la semana anterior, en el cual Duquela dice que a él se le había hecho creer que el reglamento FIBA y el del torneo estaban en contradicción, como evidentemente no lo están, por cuanto uno ñel del torneoñ lo que hizo fue adoptar el otro ñel de FIBAñ. Al conocer de ese “e-mail” de Víctor Sierra, no nos ha quedado otro remedio que hacer las revelaciones que aquí nuevamente hacemos sobre la mencionada reunión, lo cual no hubiésemos hecho en otras circunstancias. La perspectiva¿Qué se podía esperar de una comisión, como la de Fedombal, que no había leído los reglamentos sobre los cuáles sería consultada, como nos dimos cuenta en la reunión? ¿Qué se podía esperar de una comisión, como la de Fedombal, cuyo director en lugar de suministrarle toda la información de ambos reglamentos a técnicos ajenos a la comisión a quienes su solicitud se consultara, lo que hizo fue hacerles creer a éstos que había falsas discrepancias entre un reglamento y otro? ¿Qué se podía esperar de una comisión, como la de Fedombal, cuyos miembros en lugar de escuchar a quienes pidieron su consulta, lo que hicieron en la reunión fue presentar argumentos para justificar la decisión que ya había tomado la otra comisión ñla del torneoñ? ¿Qué se podía esperar de una comisión, como la de Fedombal, cuyos miembros no elevaron protesta alguna cuando sus firmas fueron usadas sin consultarles ñcomo quedó comprobadoñ en un primer documento, en el cual supuestamente emanaban una opinión que nunca emitieron? ¿Qué se podía esperar de una comisión, como la de Fedombal, que emana una opinión ñen un segundo documentoñ en la cual alega que tomó en cuenta lo que sus miembros consideran “el espíritu del reglamento” y no lo que queda denotativamente, explícitamente, expresado en éste? Lo único que se podía esperar es que su opinión fuera lo que resultó: un disparate.

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