La Liga de Voleibol, buen intento con poco público

En la sede del Distrito Nacional el respaldo ha sido tímido, aún con algunas figuras integradas

José --El Clavito-- Cáceres no jugaba en el país desde el 2005 y desde entonces anhelaba exhibir en la Liga Dominicana de Voleibol la calidad que le ha llevado a triunfar en más de un continente.Lamentablemente, el entusiasmo se le ha ido desvaneciendo al estelar centro de 6-10 de estatura porque la afición no acude como debiera al Palacio de Voleibol, donde su equipo del Distrito Nacional, principal escaparate de este y cualquier torneo nacional que se haga, tiene su sede. “Vine con esa ansia, pero me he encontrado con el poco apoyo que le están dando el público y las empresas al torneo”, manifiesta “El Clavito”, quien por segundo año seguido jugó como refuerzo en la Liga Española. Ya antes lo había hecho en Francia (2007 y 2008), así como en Puerto Rico (2006). “Pienso que la gente está en política ahora mismo”, conjetura. Un sentimiento parecido deben estar experimentando el explosivo salidor Elvis --Peco-- Contreras (Tamayo), el más internacional de los jugadores dominicanos, y Eury Almonte (Distrito), quien también tiene varios años de experiencia como refuerzo en España. La calidad del primero es tal que sus servicios han sido requeridos en Alemania, Italia y hasta por Brasil, varias veces campeón mundial y olímpico. Un buen torneo, con poco público en gradaLa tesis de que el público no acude por falta de calidad se va por la cuneta porque, si bien no tienen el rango de líderes, en la rama femenina tomaron parte jugadoras del nivel de Cindy Rondón, Karla Echenique y Joselina Rodríguez (Distrito) Brenda Castillo (San Cristóbal) y Eve --La China-- Mejía (Santiago), integrantes de primer orden de la selección de mayores que han paseado su calidad por los principales escenarios del voleibol mundial. Baja sensible Ese selecto grupo ya no está participando en el torneo porque tuvo que viajar con la preselección a Brasil para realizar una base de entrenamiento con vistas a los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Mayaguez. “Hay que continuar con el esfuerzo porque hay un grupo de atletas masculino y femeninas que tienen un gran potencial, pero necesitan el alimento del atleta, que es el mismo del artista: el aplauso del publico y el seguimiento de su fans”, expresa Nelson Ramírez, secretario de la Fedovoli e integrante del comité organizador de la Liga Dominicana de Voleibol. “La gente parece que perdió la dirección del voleibol por el hecho de que hace mucho tiempo que no se hacen eventos, no hay continuidad”, señala, de su lado, Jacinto Campechano, un sobresaliente jugador con los clubes Los Amigos y Arroyo Hondo en la década del 80 y primer lustro del 90, cuando esa disciplina vivió parte de su época dorada. La inmortal Deyanira Pascual aclara que el estímulo que los jugadores no consiguen en el Palacio del Voleibol lo reciben en la mayoría de las sedes del interior del país, donde el público le ha estado dando cierto calor. Informa que, además del Distrito, en la rama femenina también se juega en los techados de Nigua, Bayaguana y La Romana, mientras en la masculina se compite, asimismo, en La Vega, Cotuí, Barahona y Tamayo. “A diferencia de la capital, en las provincias cualquier torneo deportivo que se haga es el principal evento del pueblo. Hay pocas opciones y la gente tiene que acudir a verlo”, explica Campechano, hoy entrenador de la selección masculina de mayores. Renaldo Bodden, director de prensa de Fedovoli y de la Liga de Voleibol, argumenta que el tímido respaldo dado en el Distrito tiene su explicación en el hecho de que aquí todavía se mantiene la tradición de los clubes. “Las ligas son las que dominan el mundo, pero los seguidores andan detrás de clubes. Cada vez que se ha hecho un intento en cualquier disciplina con provincias y mucho menos en el Distrito no ha resultado”, subrayó. “Se está tratando porque ese es el modelo que prima, pero se ha hecho difícil pese a que esta ha tenido el mejor nivel de las tres versiones”. “El Distrito representa a todo el mundo, pero nadie se siente representado por el Distrito”, enfatiza Ramírez. Cristian Cruz, quien dejó a un lado el retiro para volver a impartir docencia como acomodador del conjunto del Distrito, entiende que el Palacio del Voleibol le queda grande al torneo y que se debe ponderar la posibilidad de llevarlo al Pabellón, hogar natural de ese deporte.

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