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LA BONDAD

Doña Norma Díaz, madre del deporte en Los Mina

Lleva 70 años de vida deportiva sin recibir beneficios económicos

SANTO DOMINGO.- Lo de Norma Díaz y el deporte fue amor a primera vista. La hoy madre deportiva de Los Mina quedó seducida por ese fascinante mundo a los pocos días de haber llegado al país en el año 1935 procedente Curazao, donde nueve años antes nació.

Sólo así se explica por qué en esta relación de casi 70 años, ella nunca ha buscado ni percibido ningún tipo de beneficio económico, a pesar de que en su dilatada carrera dirigencial ha orientado por buen camino a miles de niños, jóvenes y adultos.

“La chica del swing de oro”, como fue bautizada por el “As” Félix Acosta Núñez, no obtuvo recursos como jugadora de béisbol ni de softbol en la Liga Oeste, de la que fue fundadora en la década del 40, ni en los 39 años que ya tiene como dirigente de la Liga Norma Díaz.

“No he sido empleada, monitora, ni nada. Nunca he tenido un cheque”. subrayó Doña Norma, quien el 30 de abril cumplirá 79 años. “Nosotros no cobramos ni cuota a los jugadores. No he vivido del béisbol”.

Eustaquio -Guelo- Cedeño, quien se formó como jugador en la Liga Norma Díaz, resalta que cuando él formó la suya no sólo recibió sanos consejos de parte de ella, sino que le cedió parte del horario de que disponía tanto en los estadios de Pidoca como en el de la escuela Juan Bautista Zafra. “Sin play no se puede tener liga”, aclara Guelo para luego puntualizar: “Doña Norma ha sido como una madre para los jugadores y dirigentes deportivos de Los Mina”.

Orígenes Oriunda de Curazao e hija del venezolano Justo Pastor Webber y de la curazoleña Aurora Rodríguez, ella vino en el 1935 a residir en el sector de Ciudad Nueva, por décadas el principal bastión deportivo, cultural y político del país.

Ello fue posible porque un lustro después de la muerte de su padre, su madre Aurora se casó con el marino mercante dominicano Manuel de Jesús Díaz Batista, quien la trajo para Dominicana.

“Mi padrastro trajo a mi madre, a mi hermano y a mí”, recuerda. En Ciudad Nueva tuvieron como vecinos a los hermanos Lucas (Pepe, Papito y Guigui), así como a Loro Escalante y Enrique Veloz.

También a “Fellita”, la hemana de Tetelo Vargas, quien fue la persona que la llevó por vez primera a jugar pelota en un play, el de la Primavera, ubicado frente al Obelisco “Hembra”, y en la Plaza Colombina, donde hoy está el Parque Eugenio María de Hostos.

Su vida ha estado tan estrechamente ligada al deporte que inventó Abner Doubleday, que en 1950 contrajo nupcias con el pitcher de los Leones del Escogido, Enrique Reynoso, con quien procreó a sus primeros tres hijos: Manuel Enrique, de 58 años; Milagros (“si digo su edad me mata”) y Héctor, el menor, 54.

Para fortuna suya, Burgos le dio todas las facilidades para que jugara y lo propio ha hecho Agustín -- Papito-- Ferreras, su segundo esposo, para que siga metida en un play como dirigente deportiva.

Con Papito procreó a Ruddy (de 51 años), Arelis (50), Clara (48) y Papito (44).

“Gracias a Dios ninguno me han celado con el béisbol”, significó este patrimonio viviente del país, que hace 18 años cedió el control de la liga a su hijo Héctor, pero se mantiene al tanto de cuanto acontece en la misma.

“Papito hasta me cocinaba y llevaba la comida al estadio”, destaca Doña Norma, quien hace ocho años padece del Mal de Parkinson.

“Ese alemán me lo complica todo. Me pone de mal humor”, apunta mientras, pese a los inconvenientes, mostraba reseñas de periódicos y fotos de sus tiempos de softbolistas en el 1946.

En sus años mozos, además de béisbol y softbol, Norma practicó voleibol y lucha olímpica. Esta última disciplina tenía la particularidad de que en ocasiones se realizaban torneos mixtos, de forma tal que las hembras competían con los varones.

Vívidamente recuerda que el único combate que sostuvo con una persona del sexo opuesto fue contra Pepe Rueda Méndez, a quien le infligió una traumática derrota.

“Jamás volvió por ahí”.

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