Béisbol de ayer
Rudy HernándezTUVO TREMENDA TEMPORADA EN 1957-58, CUANDO CON EL “ESCOGIDO” MARCÓ RÉCORD DE 5-1 Y EFECTIVIDAD DE 0.77 EN LA SERIE FINAL FUE EL MÁS DISTINGUIDO CON 2 VICTORIAS Y UN SALVAMENTO En el primer año de estar Rudy en el circuito escolar de New York, bateó para un promedio de 348, exponiendo además de su bateo, su magnífico fildeo como jardinero central del conjunto “Commerce High”, el cual le valió su contratación con los Gigantes.Hernández hizo su grado de admisión en la base de pruebas, en Stoneham Sanford, Florida, obteniendo aclamaciones favorables de Carl Hubbell, Mel Ott y otros inmortales del béisbol de Grandes Ligas.Antes de relatar las actuaciones de Rudy en la pelota norteamericana y la de Puerto Rico, vamos a referirnos primero a su labor en los campeonatos nuestros. El santiaguense debutó en la campaña de 1956-57, pero en esa primera experiencia únicamente lanzó en 2.2 innings, ni ganó ni perdió y su efectividad fue de 3.38. Debemos aclarar que en las dos primeras campañas, el dominicano jugó con la franela de los Leones Rojos del “Escogido”.Su segunda presentación ocurrió en el torneo “Leonidas Radhamés, el cual se efectuó desde el 24 de octubre de 1957 hasta el 4 de febrero de 1958, con los mismos equipos de siempre, Tigres, Leones, Aguilas y Estrellas. En esa justa, los Leones continuaron haciendo historia en el béisbol dominicano, por tercer año en forma consecutiva se proclamaron campeones nacionales.Los Rojos pasearon la distancia en la serie regular quedando en el primer lugar 5 juegos sobre las Estrellas Orientales. Ganaron 31 juegos y perdieron 20, con uno empatado, para promedio de 608. La serie final se pactó a nueve juegos. El timón del conjunto escarlata lo llevaba Salty Parker.Nuestro protagonista se lució en todo el campeonato, pues en la Serie Regular marcó récord de 5-1, lo que da un promedio de 833 puntos, y su efectividad fue de 0.77, la mejor de la justa. Lanzó en 46 y un tercio de innings y sólo permitió 4 carreras limpias.Rudy, además en la Serie Final, cuando los escarlatas vencieron a las Estrellas, el criollo logró dos triunfos y un salvamento en tres salidas, constituyéndose en el lanzador más valioso. Para la siguiente temporada, 1958-59, el nacido en Santiago se enroló en la grey mamey y con ellos se mantuvo jugando hasta el final de su carrera. Continuamos en la siguiente entrega.
