La crónica de los martes
Sixto ViciosoFalleció el pasado 4 de julio, próximo a cumplir 84 años de edad, el destacado deportista SIXTO MANUEL VICIOSO BONNET, quien fuere cuatro veces del seleccionado nacional en baloncesto superior. El atleta había nacido en Santo Domingo, en fecha miércoles 6 de agosto de 1924, hijo de Ernesto Vicioso Burgos y Rosa María Bonnet. Era una familia de 8 hijos, la mayoría deportistas. Su hermano Tuto fue un excelente tenista y José se lució en baloncesto y softbol. Se puede afirmar que los cinco varones jugaron tenis, en una época en que no existía mucha competencia. Cuando Sixto era un jugador activo, medía 6’ 3’’ y pesaba alrededor de 190 libras, en un cuerpo atlético, que vio acción en numerosas confrontaciones internacionales. En 1940, nuestro protagonista jugó con el quinteto “Ciudad Nueva”, y ese mismo año también militó en los Mosqueteros del “Normal”. Luego, en 1941 tomó participación con el “Atenas”, donde sirvió de jugador y capitán. Para 1944 debutó en la “Selección Nacional”, que intervino en el mes de febrero contra Puerto Rico y Cuba en la Serie Interantillana del Centenario y más tarde, en septiembre viajó a Cuba en la inauguración del Palacio de Deportes de La Habana. Allá, en la capital cubana, defendió los colores patrios versus el combinado de la Antilla Mayor. En 1945 vistió la franela del “Licey” y al año siguiente el del “Ozama”. En ese 1946, volvió a ser seleccionado nacional, cuando Dominicana debutó en los V Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe. En Barranquilla, Sixto anotó 38 puntos, para ser el cuarto mejor entre los criollos. Vicioso integró el grupo del “Gazcue” en 1948 y el “Ciudad Trujillo” en 1949. Vistió también el uniforme del “Golfito” en 1953 y para 1954 repitió en unos Centroamericanos, los de México y ya en 1955 se despidió de la cancha al actuar con el combinado del “Imca”. Nos ha apenado mucho el deceso de Sixto, con el cual teníamos una vieja amistad. Nuestras condolencias más sentidas a todos sus familiares. Al ex pelotero Miguelito Pérez, viajando de Sto. Dgo. a Caracas, el avión fue secuestrado y llevado a Cuba (1971) El otrora lanzador derecho dominicano Miguelito Pérez pasó por un momento aciago cuando en 1971, viajando de Santo Domingo a Venezuela, el avión fue secuestrado y desviado a Cuba por un comando de izquierda. Luis Báez (el Grillo C), que era en ese entonces instructor de béisbol en la patria de Bolívar, había mandado a buscar a Pérez, par que hiciere labor de entrenador de pitchers. En aquella triste ocasión, Miguelito, que había viajado por la línea holandesa KLM, pasó 15 días en Cuba, hospedado en el Hotel Versalles, al igual que más o menos 29 pasajeros más. Luego, el criollo pudo continuar viaje hasta Venezuela. Al regreso a Dominicana le hicieron preso, acusado de haber participado en el secuestro del avión. En la Victoria compartió celda con Radhamés Méndez Vargas, pero más tarde fue puesto en libertad, después de haber pasado unos malos ratos, que se prolongaron por casi tres meses. La vida en general trae sorpresas que no se esperan, unas son buenas y otras no. . N OT ICIAS VARIAS .-Hasta perdiendo se gana, sino pregúnteselo al “Ajogao” ••••••••••• .-Los problemas de los dominicanos se infiltran en los deportes. Que me dicen de las Federaciones de Ecuestre y Tenis de Mesa. •••••••••••.-Por causa de nuestra ausencia en el extranjero, es ahora que nos enteramos del fallecimiento del fotoreportero Luis Napoleón Leroux, un hombre bueno que incursionó por mucho tiempo con el lente en las manos. Paz a sus restos. ••••••••••• Congratulaciones a TONY FERNÁNDEZ, por haber sido exaltado al Salón de la Fama de béisbol de Canadá. Ahora es doble inmortal, pues también pertenece al Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano. ••••••••••• .-Hasta cuándo estaremos consintiendo las locuras de los chóferes y conductores de Santo Domingo. Todos los días se producen irregularidades. Los vehículos grandes (llámense yipetas) no pueden ir detrás de nadie, empiezan a tocar la bocina, como si el mundo se estuviera acabando, hasta que los chiquitos le damos el paso, pues las vías son de ellos.
