El desafío laboral de la inteligencia artificial
La irrupción de la inteligencia artificial (IA) está empezando a mover las bases del empleo en América Latina, y la República Dominicana no es la excepción.
Aunque aún estamos lejos de una automatización masiva, el impacto sobre miles de trabajos físicos ya es previsible.
Cajeros, conductores, obreros agrícolas y trabajadores de zonas francas se cuentan entre los más vulnerables.
En muchos de estos sectores, la tecnología ya existe y solo espera condiciones propicias para reemplazar manos humanas con sistemas más rápidos, precisos y económicos.
Se estima que hasta 800 mil empleos podrían estar en riesgo en nuestro país en la próxima década.
Y lo más preocupante no es solo la pérdida de puestos, sino la falta de preparación para enfrentar esta transición.
En un país con más del 55% de informalidad laboral, la reconversión profesional no será fácil.
Este fenómeno no debe verse como una amenaza inevitable, sino como una llamada de alerta.
El Estado, el sector privado y la academia tienen que articular políticas de capacitación, actualización tecnológica e inclusión digital que protejan a los más expuestos.
La IA no debe ser un motor de exclusión, sino una oportunidad para crear nuevos trabajos de mayor valor.
Pero para lograrlo, hay que actuar desde ahora. El tiempo corre y la revolución ya comenzó.

El desafío laboral de la inteligencia artificial