Prevención ante nuevos desastres

El dolor provocado por la tragedia de la Jet Set ha sumido al pueblo dominicano —y a una parte significativa de América y el mundo— en una congoja colectiva.

Y no es para menos.

A medida que se revelan los nombres de las personalidades fallecidas, mutiladas o gravemente heridas, emerge la magnitud de esta catástrofe.

Las autoridades, cuya responsabilidad debe imponerse al luto, están obligadas a actuar conforme a sus atribuciones para prevenir futuras tragedias evitables.

Listín Diario propuso la creación del Comando Nacional de Rescate, iniciativa que el Ministerio de Defensa ya ha esbozado.

Esperamos que este centro de mitigación de desastres integre fuerzas capacitadas, equipadas y bajo liderazgos sólidos.

No se trata de una entidad burocrática, sino de un equipo operativo especializado, cuya implementación no puede demorarse si el país aspira a proteger a su población de eventos imprevistos y devastadores.

En línea con esta propuesta, instamos a institucionalizar inspecciones obligatorias y rigurosas en edificaciones que alberguen grandes concentraciones humanas.

Una vez al año, hospitales, asilos, cárceles, escuelas, oficinas, plazas comerciales, bares, discotecas, estadios, museos, auditorios y templos religiosos —entre otros— deben ser evaluados por técnicos que certifiquen su solidez estructural.

Los equipos de rescate deben familiarizarse con estas instalaciones: estudiar sus sistemas hidráulicos, rutas de evacuación y puntos vulnerables para actuar con precisión en emergencias.

La doctrina de este Comando debe priorizar la selección de hombres y mujeres jóvenes, íntegros física, moral y espiritualmente, preparados para misiones riesgosas en pro de vidas ajenas.

Además, el gobierno dominicano podría conformar escuadrillas para asistir a otros países en catástrofes, combinando solidaridad internacional con la adquisición de experiencia invaluable.

Prevenir es la máxima expresión de responsabilidad cuando de salvar vidas se trata.

Ningún costo es demasiado alto comparado con lo que perdemos cuando dominicanos mueren en tragedias evitables.