Reflexiones del director
El papel sobrevive
Tengo un amigo que siempre lleva consigo un teléfono inteligente de última generación… y una libretita de papel.
El móvil le sirve para muchas cosas útiles: anotar datos o citas, hacer cálculos sobre las cuentas de sus empresas, que suelen ser de varios millones.
Sin embargo, me llamó la atención que algunas de esas operaciones las hacía en la libretita, que siempre lleva en el bolsillo de la camisa o del traje.
Por curiosidad, le pregunté por qué usaba la libreta si su teléfono podría hacer esas cuentas.
Y me respondió que lo hacía por una costumbre que había mantenido durante años, porque la escritura a mano le ayudaba a reforzar su memoria y a no olvidar datos importantes.
A pesar de tener acceso a tecnología avanzada, mi amigo le da mucho valor a la escritura manual.
Aunque el móvil le permite guardar números de teléfono, sigue anotándolos en su libreta, porque siente que de esa forma los recuerda mejor.
Lo mismo pasa con las sumas de las ganancias de sus empresas.
Esta costumbre me hizo darme cuenta de lo esencial que sigue siendo el papel en un mundo lleno de tecnología y digitalización.
El papel, como invento, ha jugado un rol fundamental en el desarrollo de las civilizaciones, y yo mismo he sido testigo de eso, ya que llevo más de 55 años escribiendo para periódicos y libros.
Al igual que mi amigo, también soy un fiel usuario de las libretas de papel, que se han convertido en mi bitácora diaria en mi trabajo como director del Listín.
Los especialistas e historiadores que estudian la evolución humana afirman que la escritura en papel tiene una influencia importante en el desarrollo cognitivo del cerebro, ya que es clave en el proceso de aprendizaje.
Cuando muchos pensaban que el papel estaba a punto de desaparecer, resulta que no es así.
El papel sigue siendo esencial en las oficinas, en la validación de documentos y en diversas industrias.
También lo es en la producción de libros, aunque el libro electrónico le disputa su lugar, sin lograr desbancarlo por completo.
Incluso en el ámbito educativo, los textos en papel siguen siendo considerados más útiles para el aprendizaje y la memoria.
Michael Kapor, un experto en el tema, afirma que, por ahora, el papel mantiene ventajas sobre las pantallas.
Su flexibilidad y longevidad le permiten seguir siendo insustituible, y para muchos, su utilidad seguirá vigente, aunque no será eterno.
Como decía Horacio, el poeta del siglo I a.C., la palabra escrita permanece, al igual que la oralidad.
Desde los primeros momentos del lenguaje hablado y escrito, hasta el invento del papel y la imprenta, y ahora con la era digital, la palabra sigue evolucionando en su forma, pero nunca pierde su esencia.