Por un inventario nacional de las obras inconclusas
El problema de las obras públicas inconclusas no es nuevo, pero sí es una herida abierta que sangra recursos económicos, confianza ciudadana y oportunidades de desarrollo.
El Listín Diario ha puesto sobre la mesa una radiografía parcial de este fenómeno, evidenciando cómo, a lo largo de los años, los gobiernos han iniciado proyectos que, por diversas razones, han quedado abandonados.
Es hora de que el gobierno actúe con decisión y transparencia, designando mediante decreto una comisión que se encargue de inventariar y cuantificar estas obras inconclusas, así como el dinero malgastado en ellas.
Desde el año 2000 hasta la fecha, son innumerables los proyectos que han quedado en el limbo, con montos millonarios invertidos y perdidos.
Pero el problema no se limita a las obras abandonadas.
También es necesario incluir en este inventario aquellos contratos firmados a los cuales se les avanzó dinero —generalmente el 20% del valor del contrato— y que ni siquiera llegaron a iniciarse.
Estos casos, que no siempre están debidamente registrados en las páginas web de las instituciones, representan otra faceta de la mala gestión y la opacidad que han caracterizado a la administración de los recursos públicos.
El gobierno, mediante decreto, debe ordenar a las instituciones sectoriales encargadas de ejecutar obras de infraestructura que realicen un inventario detallado de las obras abandonadas, inconclusas y contratadas pero no iniciadas, desde el año 2000 hasta la fecha.
Para llevar a cabo esta labor, proponemos la creación de una comisión especial, liderada por una institución con la capacidad técnica y la credibilidad necesarias para garantizar resultados confiables.
Esta comisión deberá trabajar en coordinación con todas las entidades involucradas, siguiendo el ejemplo de iniciativas exitosas como la obtención de los títulos de propiedad de los edificios públicos.
El presidente Luis Abinader ha prometido una gestión transparente y eficiente.
Este es el momento de demostrar que esas palabras se traducen en acciones concretas.
