No pisemos tanto el acelerador

El exceso de velocidad es el principal responsable de la alta tasa de muertes y lesiones graves en los accidentes de tránsito en el país.

A este factor se le atribuye el 33% de las muertes por accidentes en calles y carreteras, lo cual es alarmante.

Esta realidad nos obliga a tomar acción, decidida y multisectorial, para reducir el descontrol que predomina en materia de regulación de las velocidades.

Es hora de que todos pisemos menos el acelerador y avancemos hacia un tránsito más seguro y humano.

Por culpa de estos siniestros del tránsito, seguimos ocupando el segundo lugar en América Latina en muertes viales.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) señala que el control de la velocidad es la acción más eficaz para reducir estas tragedias.

En países como Suecia y Holanda, la instalación de sistemas de control de velocidad, como radares automáticos y zonas de velocidad reducida, ha demostrado una notable disminución en el número de accidentes fatales.

En Suecia, por ejemplo, la implementación de la estrategia “Visión Cero” redujo la tasa de muertes por accidentes a 2.8 por cada 100 mil habitantes.

Estos países son modelos a seguir para adaptar soluciones exitosas a nuestra realidad.

En el caso dominicano, un sistema de fiscalización tecnológica, con cámaras de control en puntos estratégicos y sanciones automáticas para quienes excedan los límites de velocidad, puede marcar la diferencia.

Es insólito lo que ocurre, pero aquí hay avenidas en la que los autos ruidosos y motocicletas circulan como si fuesen pistas de carreras.

La calle Pedro Henríquez Ureña, de noche, y los carriles del túnel de la 27 de Febrero son dos de muchos ejemplos que pueden citarse.

Esta situación amerita una robusta campaña de sensibilización para cambiar las actitudes temerarias al volante.

Y multas fuertes para los que cometen esas extravagancias peligrosas.