De calles a trillos
Y a los vehículos no caben en las calles.
En el polígono central, lo que quedan son trillos.
El doble parqueo en las calles convierte a esas vías en apretados tramos por donde circular en doble dirección es imposible.
Literalmente, el caos del tránsito en las avenidas se ha extendido a las calles interiores en las que el doble parqueo, antes que solución, es una trampa.
A pesar de que se ha puesto en marcha el programa “Parquéate bien”, con la finalidad de evitar que en las calles de una sola vía haya doble parqueo, la sobrecarga de vehículos en circulación, malogra ese objetivo.
Y así como fácilmente muchos conductores desafían estas reglas del programa, igual es el irrespeto a las calles de una sola vía, una práctica común y tolerada si se trata de motocicletas que hacen delivery.
Cuando estos elementos se conjugan, el doble parqueo se convierte en el gran suplicio de los que buscan atajos para escapar a las interminables colas de vehículos que han asfixiado el tránsito en la capital.
¿Cómo evitar esto?
No sabemos y no creemos que haya fórmulas salvadoras a la mano.
El problema del congestionamiento vehicular ha llegado a sus extremos, sin esperanzas de alivio o solución satisfactoria.
Lo que queda, por el momento, es sobrevivir como se pueda a las penurias y las estresantes experiencias que produce andar por nuestras avenidas… y sus trillos adyacentes.