EDITORIAL
El pelo en el sancocho
La aparición del cólera, una epidemia que durante 9 años causó alta mortandad en Haití, representa una amenaza a la seguridad sanitaria de nuestro país.
Esta enfermedad se propaga en ambientes insalubres, donde hay agua contaminada o heces fecales en las superficies o cuando se cocinan alimentos en estas circunstancias.
La bacteria Vibrio cholerae ataca los intestinos produciendo diarreas y deshidratación y, en casos graves, hasta la muerte.
En Haití mató más de 10 mil personas tras desatarse en el 2010 y la epidemia se extendió hasta nuestro país, donde causó 371 defunciones.
Con una frontera sometida a la penetración de inmigrantes ilegales haitianos que huyen del hambre, la violencia y la inseguridad, los riesgos de una transmisión masiva de contagios aquí son fehacientes.
Pero a este factor se agregan los de los ambientes insalubres, tanto allá como aquí, cuando hay temporadas de lluvias e inundaciones que diseminan las heces defecadas, especialmente en aldeas donde no hay letrinas ni agua potable.
Rápidamente el gobierno dominicano debe adoptar un plan de control más estricto en la frontera y de vigilancia nacional frente al cólera, una bacteria que, como el virus del Covid, no discrimina a sus víctimas.