La muerte los persigue

Sorprendentemente, más jóvenes menores de 30 años mueren en el país víctimas de varios tipos de cáncer y de ataques súbitos del corazón, fenómenos a los que los médicos les están buscando explicaciones.

Por lo pronto ya se da por un hecho que el perfil epidemiológico del cáncer ha cambiado, invirtiendo el patrón clásico, de más virulencia entre jóvenes que entre mayores de 50 años.

Esto sucede con los cánceres de próstata, de mama, de colon y pulmón, así como cérvico-uterino, igual que en las afecciones cardiovasculares.

Para colmo, es poca la cultura de prevención, pues a esas edades los jóvenes no parecen preocuparse mucho cuando aparecen los primeros síntomas o se aconsejan los chequeos rutinarios.

Y es aquí, justamente, en el aspecto de la prevención, en el que ya está haciendo falta un esfuerzo serio del gobierno para garantizar que las consultas y pruebas diagnósticas sean realmente cubiertas y servidas por las administradoras de riesgos de salud.

Con estas inquietantes evidencias y estadísticas, es necesario promover una estrategia eficaz de prevención, que incluya campañas sistemáticas de concientización, privilegiando las atenciones primarias para la población juvenil vulnerable.