Una agenda para la emergencia
Sobrecogidos por la posibilidad de un cataclismo mundial, que desestabilice el orden actual, económico y social, el presidente Luis Abinader hace bien al disponer una especie de plan de emergencia para amortiguar algunas de las derivaciones más perniciosas de esta crisis.
Con una alta inflación y con las expectativas de que se eleve en espiral al encarecerse insumos y productos básicos a causa de la confrontación entre las grandes potencias, lo urgente y factible es enfrentarla con planes de asistencia social y más estímulos a la producción.
De momento, el gobierno ha decidido apostar a una política de subsidios para aminorar el impacto de las alzas de los combustibles y, en concreto, de materias primas esenciales para producir alimentos.
Asumir esta agenda de emergencia implica, como lo dijo el Presidente, hacer ajustes en el Presupuesto del Estado con la finalidad de dirigir más recursos a los dos asuntos más prioritarios en este momento: combatir la inflación y proteger hasta donde sea posible la maquinaria de la economía.
La confrontación de las potencias, que del plano bélico con epicentro en Ucrania puede trascender a otras áreas sensibles y malograr el proceso de recuperación mundial tras la pandemia del Covid-19, nos trastorna poderosamente.
En una situación así, donde por el momento nadie tiene la llave para apagar las incertidumbres, la sociedad dominicana tiene que unirse en el propósito de salir lo menos lesionada posible poniendo de su parte para ahorrar energía y hacer uso indispensable del combustible.
Y, por parte del gobierno, actuar más vigorosamente para imponer un clima de austeridad, cortar cualquier dispendio y enfrentar la corrupción administrativa apretando los controles en las compras y operaciones del Estado, sin quitarle la vista a los modos en que sus instituciones usan los dineros públicos.
Los logros tangibles de la Administración Abinader, pese al estado de pandemia, se hicieron elocuentes en su rendición de cuentas ayer ante la Asamblea Nacional y sería lamentable que la nueva crisis los eche por la borda.