Ha primado el buen juicio

La aparición de una nueva sub-variante del coronavirus, más contagiosa y severa que la Ómicron, denominada BA.2, en 74 países, es otra señal de que todavía no podemos tirar la toalla en la lucha contra la pandemia.

En el caso dominicano, donde las cifras de muertes y contagios han quedado muy por debajo de otras naciones, esa lucha se ha librado a base de una enorme inversión de recursos para la prevención y el tratamiento hospitalario.

Y, más que nada, a la respuesta general de la sociedad que, salvo sus excepciones, cumplió con restricciones nunca vistas en un siglo que alteraron sus formas de vida, de trabajo y de convivencia.

Nueva vez lo ha demostrado con el buen juicio que ha primado frente a la eliminación de la obligatoriedad en el uso de las mascarillas, manteniendo intacta esa regla de oro de la prevención.

Aun cuando el presidente Abinader ha permitido ese respiro en las restricciones, eliminando su obligatoriedad, la gente ha seguido usándola en espacios cerrados, medios de transporte y centros clínicos.

Las empresas e industrias también han decidido mantener activas las reglas de prevención, lo cual se corresponde con una actitud de vigilia frente al peligro, que todavía no ha pasado.

Las últimas advertencias de la Organización Mundial de la Salud sobre la posibilidad de que surja una nueva cepa más peligrosa de la que causa el Covid-19, justifican que, en lugar de entregarnos a rápidas desescaladas, nos cuidemos más de ahora en adelante.

Good judgment prevailed The appearance of a new variant of the coronavirus, more contagious and severe than Omicron, called BA.2, in 74 countries, is another sign that we still cannot throw in the towel in the fight against the pandemic.

In the Dominican case, where the numbers of deaths and infections have been well below other nations, this fight has been waged based on a huge investment of resources for prevention and hospital treatment.

And, more than anything, to the general response of society that, with few exceptions, complied with restrictions never seen in a century that altered their ways of life, work and coexistence.

Once again, he has shown it with the good judgment that has prevailed over the elimination of the mandatory use of masks, keeping that golden rule of prevention intact.

Even when President Abinader has allowed this respite in the restrictions, eliminating its mandatory nature, people have continued to use it in closed spaces, means of transport and clinical centers.

Companies and industries have also decided to keep prevention rules active, which corresponds to a vigilant attitude in the face of danger, which has not yet passed.

The latest warnings from the World Health Organization about the possibility of the emergence of a new strain more dangerous than the one that causes Covid-19, justify that, instead of giving ourselves over to rapid de-escalation, we take more care of ourselves from now on.

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