De lo “primero digital” al “todo digital”

Primero digital (digital first), es hoy el sello distintivo de los procesos de transformación que marcan la transición entre el periodismo impreso y el digital.

Este santo y seña es el pasaporte que abre la ruta a los rápidos y decisivos ajustes que está haciendo la prensa escrita para “aggiornarse” con el mundo digital, que es el modelo del futuro.

Asumir esta línea estratégica significa que toda la apuesta de la planificación noticiosa se vuelca hacia la plataforma digital, donde predomina un periodismo más vivo, más actual e interactivo.

Una vez dentro de esa dinámica, comprobando sus formidables efectos en la atracción de lectores o usuarios que consumen sus contenidos a toda hora, el camino hacia el “todo digital” (All digital) está prácticamente allanado.

De hecho, cientos de diarios impresos han dado uno de estos dos pasos. Ya sea porque fueron forzados por las circunstancias al haber perdido sustentabilidad financiera y operativa y no desaparecer totalmente; o porque tuvieron una visión más aguda al presentir que la alternativa digital era inevitable y que tarde o temprano había que dar ese salto.

Otros, en cambio, habiendo priorizado el esquema de “primero digital”, no han depuesto todavía las armas ni los andamiajes que han simbolizado las fortalezas de una prensa impresa de calidad, seriedad y credibilidad, para sumergirse en la conversión total.

Pero, sin dudas, no la descartan y creo que tampoco la esquivan o la rechazan. Simplemente es un asunto de tiempo y de realidades concretas. Mientras prevalece este factor diferenciador, en el que se juega al equilibrio entre una tradición que todavía no ha muerto y nuevos modelos del periodismo digital que se tornan dominantes en el ecosistema de la información, el punto umbilical de esa transición sigue siendo la llamada “convergencia”.

Esto es, en términos simples, la unión de plataformas (papel y digital), con los debidos acomodos tecnológicos y culturales, que es el campo intermedio que les permitirá comprobar si el periodismo gana o pierde valor en una de ellas, antes de apresurar un cambio rápido y radical de este modelo.