Opinión

EDITORIAL

Cada día peor

Si peor sigue siendo el caos diario del transporte en la metrópolis, más todavía lo es la falta de acciones para resolverlo.

De los cinco millones de vehículos registrados para circular por nuestras vías, la mayoría se moviliza en la capital, a paso de tortuga.

Porque de tantos que son, ya ni siquiera hay calles libres para todos.

Una ilustración del nivel de caos existente refleja el hecho de que hasta para moverse en motores se está haciendo complicado.

Aunque en el caso de los motoristas, estos gozan del privilegio de esquivar la angustia de los tapones metiéndose en vías contrarias, en las aceras y entre la masa abigarrada y torpe de los demás vehículos, siempre en marcha lenta.

Las motocicletas componen el 55.7 por ciento del stock de vehículos y sólo basta calcular que la mayoría de sus conductores se saltan todas las reglas y restricciones del tránsito.

Parecen tener el privilegio de cruzar los semáforos en rojo, sin ser detenidos ni multados, o utilizar esos vehículos para perpetrar el 80 por ciento de los actos delincuenciales, violentos o sangrientos, que se suceden.

Pese a que en otras grandes ciudades latinoamericanas operan flotillas de buses grandes y medianos que ayudan al flujo del transporte de pasajeros, nadie explica por qué aquí somos incapaces de adoptar un modelo parecido o mejor.

¿Hay o no algún plan formal del gobierno para resolver este problema, que no tenga que esperar la construcción de costosas líneas de trenes o monorrieles?

Digamos ¿para una solución o un remedio de corto o mediano plazo?

Every day worse

If the daily transport chaos in the metropolis continues to be worse, the lack of actions to solve it is even worse.

Of the five million vehicles registered to circulate on our roads, most move in the capital, at a snail's pace.

Because of the many that there are, there are no longer even free streets for everyone.

An illustration of the level of chaos that exists reflects the fact that even moving around in motors is getting complicated.

Although in the case of motorcyclists, they enjoy the privilege of avoiding the anguish of the plugs by getting on opposite roads, on the sidewalks and among the motley and clumsy mass of other vehicles, always in slow gear.

Motorcycles make up 55.7 percent of the stock of vehicles and it is enough to calculate that the majority of their drivers bypass all traffic rules and restrictions.

They seem to have the privilege of crossing the red lights, without being stopped or fined, or use these vehicles to perpetrate 80 percent of the criminal, violent or bloody acts that occur.

Despite the fact that fleets of large and mediumsized buses operate in other large Latin American cities that help the flow of passenger transport, no one explains why here we are unable to adopt a similar or better model.

Is there or is there no formal government plan to solve this problem, that does not have to wait for the construction of expensive train lines or monorails?

That be will for a short or medium term solution or remedy.

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