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El muro con Haití

Por razones de seguridad nacional, el país necesita proteger su frontera y hacer valer sus leyes migratorias con un muro que realmente delimite su territorio frente a Haití.

La carga de amenazas latentes que se incuban en un país dominado por pandillas armadas obliga al nuestro a blindar sus mecanismos de control fronterizo, bastante endebles para hacerle frente a un éxodo imparable o a una estampida de haitianos que huyen del infierno.

Más allá del estado de desorden y violencia imperante en Haití, los mayores peligros que afrontamos son la activa cadena de tráfico de armas, drogas e ilegales que ha encontrado campo fértil para desarrollarse bajo la sombrilla en un Estado fallido.

Por vía de consecuencia, la República Dominicana se convierte en puente y en alguna medida base de operaciones de elementos indeseables que minan los esquemas de nuestra seguridad interna y, sin dudarlo, de los de otras naciones de nuestra región.

Haití se ha convertido en un corredor abierto para los movimientos furtivos de los sicarios del crimen organizado y de manos maestras en el terrorismo y la desestabilización política en la región.

Nuestro clima de paz, de orden y de desarrollo económico está altamente comprometido mientras persistan tantas crisis juntas y profundas en el vecino Estado.

Por eso resultan importantes las medidas anunciadas anoche por el Consejo Nacional de Migración, para controlar eficazmente los riesgos que se columbran.

Estas medidas mandan mensajes claros de que llegó la hora de revertir la actitud pasiva o las respuestas deficientes a la incursión de ilegales, un problema que se agiganta aquí y en otros países de América Latina.

El muro tecnológico es un ariete indispensable en la estrategia de seguridad nacional que el presidente Luis Abinader está impulsando desde el primer día de su mandato, conocedor de esas amenazas latentes.

Su construcción, por tanto, es de la máxima prioridad nacional. No puede haber vuelta atrás ni injustificables demoras en edificarlo. Para bien, en definitiva, de los dos países.

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