Los “piques” del Presidente
La reacción de un gobierno es diferente a la de su presidente, según sean las circunstancias.
El modo y el sentido de oportunidad de un pronunciamiento personal del presidente a menudo pueden ser más relevantes y determinantes que la reacción fría y formal de un gobierno frente a un asunto dado.
Es lo que vemos ahora, a raíz de la rápida intervención del presidente Luis Abinader para condenar y sancionar el horrendo asesinato de dos jóvenes pastores a manos de una patrulla policial en la Autopista Duarte.
Sus conmovedoras palabras de repudio y expresión de perdón al país por este episodio vergonzoso, conectando con el unánime sentir de la sociedad, mostraron nuevamente las fibras sensibles del presidente frente a un hecho inadmisible.
Con este mensaje, el presidente trazó con más firmeza su determinación, ya planteada formalmente desde el gobierno, de proceder a la urgente reforma integral de la Policía, marcando el punto de inflexión de una etapa de abusos y desafueros a otra que la sociedad espera que sea totalmente diferente.
Las palabras del presidente, no las del gobierno plasmadas en un comunicado calculado y elaborado, trasmiten al país la seguridad de sus propósitos, su empeño personal en esa reforma integral y se convierten en una advertencia de que no tolerará lo indebido ni los atropellos truculentos de las autoridades frente a los ciudadanos.
Estos “piques” del Presidente, con los cuales ha desaprobado o criticado acciones o descuidos de sus subalternos, lo hacen más cercano y doliente a las necesidades del pueblo y le marcan al gobierno la tónica exacta de sus pensamientos, decisiones y compromisos, para que nadie se equivoque.