…Y aquí nos abrimos
Las grandes naciones del mundo cierran de nuevo, y sin demoras, sus fronteras, como un recurso extremo para detener los remolinos del coronavirus.
Están aplicando otras rigurosas medidas preventivas, como las cuarentenas obligatorias para aquellos que deseen ingresar a ellas por la vía aérea.
La aparición de nuevas cepas del coronavirus, una inglesa, una brasileña y otra sudafricana, reputadas como muy agresivas, expansivas y también letales, ha producido estas abruptas y duras decisiones.
De manera directa, en unos casos, e indirecta en otros, nuestro país es afectado por estas suspensiones de vuelos desde Canadá y Francia, así como por las exigencias de pruebas negativas de PCR y la obligatoriedad de aislamiento al llegar a esos destinos.
En lo particular, se resiente la estrategia de promoción turística dominicana, uno de los pilares en que descansa el proceso de recuperación de la economía.
Los países que han llegado hoy a endurecer sus medidas restrictivas se auto flagelan económicamente, pero ese es el costo ineludible de proteger las vidas de sus ciudadanos.
Mientras eso ocurre, en nuestro país, con 210 muertes en enero, un número creciente de contagios y sin vacunas a tiempo, estamos en amplias desescaladas “combatiendo” el Covid con rumba abierta.