Opinión

Familia feliz, un gran proyecto

Por más de medio siglo el país ha vi­vido en un permanente déficit de vi­viendas, lo que en gran medida ha si­do un factor agravante del cuadro de necesidades insatisfechas de la ma­yor parte de la población.

Aun cuando el derecho a una vivienda digna, con sus servicios básicos, está garantizado por la Constitución, hay un desfase entre ese objetivo y la realidad.

Y la verdad es que el déficit de viviendas, en lu­gar de reducirse con algunos programas masivos desde el gobierno y el sector privado, ha subido a casi millón y medio de unidades.

Esto constituye un dramático y elocuente ejem­plo de la magnitud de nuestras carencias y del es­tado de pobreza y miseria, insalubridad y retroce­so, que incuba este déficit.

De ahí que resulte una gran noticia el proyec­to anunciado ayer por el presidente Luis Abi­nader para impulsar la construcción de más de 60,000 viviendas durante su mandato, con una inversión de 200 millones de dólares.

Para un país cuya economía ha sido severa­mente impactada por la pandemia del corona­virus, la construcción de viviendas se convierte en un motor indiscutible de empleo, comercio y desarrollo.

El plan “Familia feliz” está diseñado para permi­tir el acceso a un techo digno a ciudadanos de dis­tintos estratos socioeconómicos, mediante un me­canismo de financiamientos cómodos y subsidios gubernamentales.

No hay dudas de que se trata de una importan­tísima iniciativa de redención social y, en el con­texto actual, de indiscutible impacto en la reani­mación de nuestra economía.

Tags relacionados