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¡Cordura, cordura!

Bajo el estado de emergencia en que estamos por culpa de una pandemia que amenaza la salud y la vida de la población, es una insensatez la que están cometiendo algunos ciudadanos al irrespetar las restricciones impuestas para protegernos a todos.

La resistencia abierta que están presentando los que se niegan a someterse a horarios de confinamiento, distanciamiento físico y uso obligatorio de las mascarillas, ha desembocado en frecuentes encontronazos con soldados y policías llamados a velar por su cumplimiento.

Más de diez meses de historia en el manejo de esta situación inédita no solo han agotado a los soldados y policías, a médicos y paramédicos, sino a toda la población.

Y lo grave es que no tenemos muchas alternativas fáciles ni cómodas para combatir el virus.

Para vencerlo es preciso que toda la sociedad se una en ese propósito, al precio de cualquier sacrificio indispensable.

Las fuerzas del orden, poco capacitadas para enfrentar un estado de cosas semejante, han incurrido en muchos excesos y atropellos al momento de responder a los irrespetos de los ciudadanos en falta.

Como seres humanos que también padecen en carne propia, con sus familias, esta etapa de incertidumbres, los soldados y policías también tienen una pesada carga de sacrificios y obligaciones.

Lamentablemente, la cordura se ha ido perdiendo en la sociedad y se están creando las condiciones para generar un peligroso clima de crisis de la autoridad, ya menguada desde hace años por múltiples causas.

En una situación dilemática como la que vive no solo este país sino muchas naciones del mundo atacadas por el coronavirus, la autoridad delegada al gobierno por la Constitución y las leyes no puede ser aplicada con flojera, con actitudes dubitativas ni con poses populistas, pero tampoco con abusos o arbitrariedades.

Es hora de mantener el máximo nivel de cumplimiento del toque de queda y las reglas accesorias y llamar a la ciudadanía a comprometerse con una conducta responsable, sensata y patriótica para hacer que el país salga victorioso de esta batalla.

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