Que el Covid no nos dañe la Nochebuena

En otro momento, la de hoy sería una Nochebuena tan relevante como espacio de alegres reencuentros familiares y de solemne ofrenda de fe por la llegada del hijo de Dios al mundo, hace más de dos milenios.

Pero la cruel pandemia del Covid nos ha privado de ese deleite espiritual y social.

Y lo que vivimos hoy es un tiempo de peligros para la salud y la vida que limitan nuestras posibilidades de reeditar los tradicionales estilos y maneras de celebrar hoy el acontecimiento más extraordinario de la historia de la humanidad.

Con un virus que se propaga entre nosotros desde hace nueve meses, las previsibles movilizaciones de personas hacia los pueblos y los encuentros familiares, que forman parte de la tradición, constituyen ahora fuentes de riesgos.

Cordura, moderación y reflexión deben ser las claves que acompañen nuestra conducta hoy y en el resto del feriado pascual, para que el Covid no sea un indeseable y peligroso intruso en estos momentos de nuestras vidas.

Todo dependerá de nosotros. Renunciemos, por esta vez, a las osadías que se cometen para desafiar el virus y hagamos del encuentro familiar de la Nochebuena un auténtico ejercicio de recogimiento, respetando todas las reglas de la prevención, ya bastante conocidas.

En lo que sea posible y tangible ¡Feliz Navidad para todos los dominicanos!