Opinión

EDITORIAL

¿Adónde van a parar los desechos clínicos?

Si recoger y disponer la basura orgánica es una de nuestras tareas fallidas, más lo es la de los desechos clínicos, en la mayoría de nuestros centros de salud.

Este es un problema que preocupa al Ministerio de Medio Ambiente por los dañinos efectos que esas sustancias residuales utilizadas en las operaciones hospitalarias puedan causar a la salud humana.

¿Cómo se manejan estos residuos? ¿Se incineran o simplemente se acumulan y se despachan en los contenedores de la basura para su destino final, los vertederos municipales?

Cualquiera que sea el procedimiento utilizado, hay que preguntarse si existen garantías de que en su disposición final se toman en cuenta los factores de radiactividad, contaminación o infección que pueden generar estando en vertederos a cielo abierto.

El ciudadano curioso que intente verificar la gravedad de esta situación solo tiene que fijarse en las áreas de residuos de los hospitales, donde se depositan restos humanos, medicamentos y envases, materiales ensangrentados y hasta fetos.

Es hora de que el Ministerio de Salud Pública, el Servicio Nacional de Salud y la Asociación de Clínicas Privadas, junto con Medio Ambiente, aborden seriamente esta peligrosa deficiencia.

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