Cuando la señal viene de arriba

Para dar una lucha frontal y exitosa con­tra el narcotráfico, lo primero que debe de hacer el Presidente es romper los nu­dos del contubernio que han unido por años, en una alianza mortal, a los nego­ciantes, las autoridades y la justicia.

Cuando la señal de !ya basta! llegue desde arriba, en forma de órdenes terminantes para que las insti­tuciones armadas y la Dirección Nacional de Control de Drogas cumplan sus responsabilidades, entonces el maridaje criminal ira de capa caída.

No se descubre ningún secreto si se afirma que el tráfico de drogas solo florece cuando las cúpulas mi­litares y policiales, aduaneras, judiciales y aeropor­tuarias, se alían para viabilizarlo.

Si se percibe que, en las alturas del poder, hay pa­drinazgo, tolerancia o indulgencia frente a estos des­afueros, pues nada podrá hacerse para poner a raya a los narcotraficantes.

Recientes arrestos y órdenes de búsqueda con­tra ex altos jefes militares latinoamericanos cóm­plices de los narcos, son pruebas elocuentes de hasta donde ha quedado enlodada la autoridad por esta causa.

El Presidente Luis Abinader se ha comprome­tido públicamente a dar el frente a este flagelo. Hasta ahora, sus comandantes en las distintas armas, especialmente la Armada y la DNCD, lo están haciendo bien.

Con las tecnologías de apoyo de la DEA (Agen­cia Antidrogas de los Estados Unidos), oficiales jóvenes íntegros y no comprometidos le están dando una pela de calzón quitado a los narcos, incautando más drogas en dos meses que en los ocho meses anteriores.

El Presidente Abinader tiene que seguir dando todo el apoyo a las fuerzas armadas para poner los torniquetes, y aplicar su política de tolerancia cero contra la corrupción frente a funcionarios, jueces o fiscales que sean pillados haciendo estos tratos su­cios con el crimen organizado.

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