Ahora, a purgar los excesos
La resaca de la desescalada ha comenzado. Ahora toca purgar los excesos y descuidos que nos hicieron olvidar que el enemigo del coronavirus seguía entre nosotros, aniquilándonos.
Volvemos al punto de partida, el que iniciamos con el pie izquierdo, para asumir con seriedad el tremendo peligro que representa la pandemia. Esa es nuestra esperanza.
Un nuevo estado de emergencia se impondrá obligatoriamente para corregir el rumbo torcido de la lucha, esta vez bajo el miedo real y latente de una población que se ve cerca del contagio o de la muerte.
Al Covid-19 no se le desafía, ni se le burla ni puede desdeñársele. No es una leyenda callejera. Es la auténtica leyenda negra.
La nueva emergencia, con sus reglas estrictas, debe respetarse si es que queremos apurar el frenazo de la propagación, sin las amplias licencias que nos dio la desescalada de creernos libres o inmunes al ataque del virus.
Es el momento, insistimos, de ir a una Cumbre por el Coronavirus para que la nueva estrategia sea el producto de un análisis concienzudo de nuestras fallas que indique el camino a tomar, con el consenso de todos los sectores representativos de la sociedad.