Peligros por los cuatro costados
El incremento de los casos de dengue y malaria añade nuevas cargas de stress al sistema sanitario dominicano, ya sobrecargado con la lucha contra la pandemia del coronavirus.
Si bien hemos lidiado con estos brotes en el pasado, ahora su manejo se torna complicado porque uno de los síntomas más característicos, en cualquiera de esas enfermedades, es la fiebre, justamente el más presente, junto a la tos y los dolores de cabeza, en los contagiados por Covid-19.
De modo que los médicos tendrán que emplearse a fondo en los diagnósticos para no confundirlos, mientras Salud Pública agrega a sus campañas de orientación los consejos apropiados para evitar los focos en los que se incuban los mosquitos Aedes aegypti y Anopheles, sus transmisores.
Como en estos tiempos de lucha contra el coronavirus una de las precauciones claves es la de evitar concentraciones de pacientes en hospitales y otros lugares públicos, habrá que disponer de un protocolo de emergencia para tratar a los enfermos de dengue y malaria, y a los del Covid-19 también.
Los niños suelen ser los más vulnerables. El año pasado se registraron oficialmente 53 muertes de pacientes de distintas edades de un total de 20,183 casos, lo que nos da una idea de la poderosa capacidad de contagio de este virus.
Con la malaria vamos por un camino peor pues en el primer trimestre de este año se han registrado 373 casos más que en igual período de 2019.
Es decir, que el país luce hoy con amenazas a la salud de sus ciudadanos por todos los costados. Con la agravante de que en la lucha contra la pandemia debe utilizarse un personal mayor para detectar a los sintomáticos, hay confinamiento obligatorio y muchas salas de hospitales ocupadas por los contagiados.
Estos elevados números de casos de dengue y malaria obligan a realizar operativos de desinfección de barrios y posaderos de agua y basura donde los mosquitos transmisores hacen cunas, y a un esfuerzo mayor de las familias para erradicarlos, a fin de no dejar esta responsabilidad únicamente en manos de Salud Pública o de las brigadas de los ayuntamientos.