Previo a una inevitable cuarentena
Pese a la desobediencia de una ínfima minoría, la ciudadanía está acatando en sentido general el confinamiento obligatorio impuesto por el toque de queda desde hace un mes.
En alguna medida, nos hemos ido adaptando a esta restricción pero lo que ganamos en prevención con el aislamiento, lo ponemos en riesgo entre las 6:00 de la mañana y las 5:00 de la tarde cuando volvemos al encierro obligatorio.
En ese lapso se están produciendo los mayores desafíos a la posibilidad de contagio del coronavirus, porque no estamos respetando estrictamente las claves del distanciamiento físico y es ahora, por la fuerza, cuando se está exigiendo el cumplimiento del uso de mascarillas y guantes en las calles, bancos, supermercados y centros de trabajo.
Como ya el toque de queda ha probado su eficacia, creemos que la ciudadanía, más consciente ahora del verdadero peligro del Covid-19, con su creciente lista de muertos y contagiados, está mejor preparada para una queda más prolongada.
Sería el mejor ejercicio previo al momento en que, por una razón de extrema necesidad de supervivencia y de seguridad nacional, que ya se acerca, tengamos que someternos a la cuarentena total.
Esta cuarentena es, en todo el mundo, la regla número uno para frenar la velocidad de propagación del virus. Los países que aflojaron la cuerda para reencontrarse con la normalidad, están volviendo al confinamiento, tras el rebrote de la epidemia.
Las trece horas del actual toque de queda podrían subirse a 17, para que rija desde la una de la tarde a seis de la mañana, dejando así un periodo libre para atender diligencias estrictamente necesarias.
En la medida en que se eleva la curva de muertes y contagiados, como vemos que está ocurriendo, y a las puertas del momento crítico que preanunciaron el Presidente de la República y su ministro de Salud, entonces se procedería a la cuarentena total, hasta que pase la tormenta.
Esto no es un asunto de si me gusta o no me gusta. Es un imperativo nacional para poner a salvo nuestras vidas, que está por encima de cualquier otra consideración.