Ante dos emergencias
La región del Caribe ha comenzado a prepararse para las contingencias que puedan derivarse del paso de la hasta ahora tormenta tropical Dorian, que luce con potencialidad para convertirse en huracán categoría Uno en 48 horas.
Las previsiones, salvo cambios drásticos o determinantes en su ruta actual, en su velocidad o en el poder de sus ráfagas, indican que podría impactar nuestro país desde la madrugada de este jueves.
Con estos pronósticos a la mano, el gobierno dispuso ayer la movilización de todos sus ministerios en los operativos de prevención y, al mismo tiempo, con órdenes de integrarse de inmediato a las labores de combate del dengue luego del paso del fenomeno atmosférico.
En los hechos, nos encontramos frente a dos situaciones de emergencia que ameritan de la máxima cooperación de todos los ciudadanos para minimizar, en ambos casos, los daños previsibles, tanto para la vida como para la salud y las propiedades.
Una es la amenaza del ciclón y otra la expansión del dengue. Contra la primera, el Gobierno está haciendo lo correcto; activar los departamentos encargados de la defensa de los ciudadanos en situaciones de emergencia para proteger las áreas que pueden ser afectadas por lluvias, inundaciones o fuertes vientos.
También, disponer la preparación de los refugios, ubicar los equipos que remueven escombros, habilitar los hospitales y colocar a las Fuerzas Armadas en atención para prestar auxilios.
En cuanto al dengue, una vez lo permitan las circunstancias, desarrollar una ofensiva nacional para erradicar criaderos del mosquito que produce la enfermedad febril, que de seguro se incrementarán con las lluvias.
La ciudadanía tiene que seguir con atención las recomendaciones de las autoridades para proteger vidas y no dejarse llevar de rumores o versiones que pueden resultar infundadas sobre el fenómeno. La mejor actitud es no desdeñar la gravedad de la amenaza y tomar prudentemente todas las previsiones de lugar.