Don Jaimito, los secretos para la longevidad

Don Jaime Vicente, mejor conocido en su pueblo de Hondo Valle como don Jaimito, fue hasta hace pocos días el hombre más longevo del país. Tenía 117 años.

Lo que ha resultado más relevante, al buscar las causas de esta longevidad, son las pautas de comportamiento, de consumo y de trato hacia los demás que fueron características en don Jaimito y que, por lo visto, constituyen claves de un modelo de vida saludable.

Para comenzar, tuvo la suerte de encontrar una compañera de toda la vida, su esposa Ángela Encarnación (Lola), definida como una “mujer apacible, calmada, risueña”, con la cual procreo 15 hijos, de los cuales solo sobreviven 7.

Un factor digno de tomar en cuenta.

Teniendo ya una base marital y familiar estable, solía ir a trabajar al campo a pie, no montado en animal o vehículo. Era hombre de buen comer, pero no ingería alcohol ni pasaba malas noches parrandeando.

Era de poco hablar. Respetaba las leyes. Nunca cayó preso y su salud era de hierro. No se enfermó ni estuvo internado en un hospital. Nunca ejerció cargos del Gobierno.

Era capaz de ensartar agujas a los 110 años. Y su memoria era privilegiada, lúcida. Sus parientes y amistades dijeron de él que era un hombre que irradiaba paz, tranquilidad y armonía.

Otro caso parecido al de don Jaimito fue el de Antonio Vivilí, de Puerto Plata, quien murió a los 113 años. La clave de su longevidad era esta: acostarse y levantarse temprano, estar siempre alegre, tomar las cosas con calma y hacer favores al prójimo, siempre dentro de las posibilidades.

¿Cuántos dominicanos se animan a aplicar estas recetas a sus vidas para alcanzar una larga existencia, plena de felicidad, de salud y de cordura?